Capítulo 30

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PASADO 29

—Ya nos queda solo un lapso más —anuncia la profesora Rita.

Desde el fondo de la clase alguien silba como si estuviera en el estadio de béisbol y las Águilas estuvieran ganando contra todo pronóstico. Enseguida estalla un bullicio que se contagia por todo el salón. Tengo que sentarme sobre mis manos para no aplaudir.

Delante de mí, Diego tiene la cabeza apoyada sobre una mano y lo más probable es que esté medio dormido. A penas hace unos días desde que regresó de los Estados Unidos a mostrarle su talento nada más y nada menos que a los Yankees de Nueva York. Todo esto le debe parecer juego de niños en comparación.

—Sí, sí —la profesora comenta y hace ademanes con las manos para que los alborotados se calmen—. Ya sé que no pueden esperar. Pero les tengo una mala noticia. Falta algo muy importante para que se puedan graduar.

Eso sí logra que los decibeles comiencen a bajar. Me inclino hacia adelante, anticipando el golpe. Pronto me toca presentar la Prueba Específica pero dudo que sea eso a lo que la profesora guía se refiere.

—La tesis —anuncia finalmente nuestra profesora guía.

Una queja se levanta en el salón.

Mierda, a mí también se me había pasado ese pequeño detalle. He estado tan enfocada en las pajúas pruebas que no vi la amenaza más allá de ellas.

Aunque mantengo un lenguaje corporal tranquilo, por dentro grito con toda mi alma.

—Así que por el resto de este tercer lapso, nos vamos a dedicar a eso —continúa la profesora—. En la clase de hoy, voy a explicarles la metodología a seguir en líneas generales y luego en las próximas clases ahondaremos en la composición de cada capítulo. La tarea a partir del día de hoy es determinar cuál será el tema de su tesis. Ah, y por cierto, la pueden hacer individualmente o en parejas. No más de eso.

Por un instante de locura se me pasa por la cabeza la noción de Diego y yo, trabajando juntos, nuestros pupitres pegados uno al lado del otro, su brazo rozando con el mío mientras escribe garabatos ilegibles que me va a tener que susurrar al oído para que los entienda.

La imagen se esfuma con un sacudón de mi cabeza.

No, lo que tengo que hacer es poner una distancia razonable. Con esa lógica, tengo que hacer la tesis sola.

A parte, no creo que Diego esté dispuesto a trabajar con un tema que a mí me interese y que a él lo haga desmayarse como una mujer en época victoriana.

Pero alguien como él, que no necesita poner mucho esfuerzo en sus estudios, ¿de qué va a hacer su tesis?

Mientras la profesora empieza a dar la clase, encajo la parte plana de mi portaminas en la espalda de Diego. Se voltea con un siseo que pretende sonar amenazador.

—Coño, te he dicho como mil veces que dejes de apuñalarme, vale.

—Esta es la única forma de que me pares bola.

Es cierto. Desde que regresó de su viaje ha estado más asocial de lo normal. Me he preguntado si será por lo que pasó en el Lago Mall, pero en realidad debe ser solo por la perspectiva de regresar a la bobera del colegio. En su lugar yo también estaría ladillada con todo esto.

Cuando Diego hace a voltearse lo vuelvo a puyar.

—¿Quéééé?

—¿De qué vais a hacer la tesis? —pregunto de regreso.

—De lo que sea con lo que me pueda graduar.

—¿Qué te parecen estos temas? Opción uno, «Causas Fundamentales del Mal Temperamento Adolescente», y como objeto de estudio te ponéis a vos mismo.

Cuando éramos felices y no lo sabíamos (Nostalgia #1)Where stories live. Discover now