Capítulo setenta y siete | VO

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¡NO SE PIERDAN EL FINAL DE ESTA HISTORIA! ¡GRACIAS POR COMPARTIR CONMIGO ESTA GRAN AVENTURA!


Carter jamás se habría imaginado cuan cerca estaba de atrapar a ese hombre finalmente.

No era la primera vez que se encontraba en el territorio de Astori. La propiedad frente a él, elegante con sus tres plantas y su antiguo y gastado estilo gótico, era la sede del narcotráfico; la cúspide y el origen de todos los males que habían acaecido a su familia. Intentando descubrir la ubicación de esa casa del terror es que sus padres habían perdido la vida.

Y después de tantos años estaba listo para culminar su venganza.

Gray se detuvo junto a él con el arma a nivel de su cintura mientras observaba fijamente la propiedad resguardada por francotiradores. Ambos estaban ocultos tras la poca maleza que la rodeaba, tan escasa que apenas le permitía a ambos pasar desapercibidos.

―Los refuerzos llegarán en cinco minutos a partir de ahora ―anunció.

La casa estaba rodeada por altas murallas que dificultaban la vigilancia, pero Carter no necesitaba mirar su interior para saber cómo moverse.

―A la derecha está el armamento ―le dijo a Gray―. Guardan las armas en una choza de cemento en caso de un allanamiento, así que podrían recargar en medio de la balacera.

―¿Cómo podremos cubrirnos?

―Detrás del muro. También por la parte oeste de la propiedad. Hay un flanco que no está vigilado. Uno de los grupos puede allanar por allí limpiamente. Hay tiradores en el techo, así que lo mejor es derribarlos primero junto con los que estén cerca de la choza.

Gray sacó su teléfono del bolsillo y tecleó algo rápidamente.

―Flanco oeste y flanco frontal para allanamiento ―anunció en voz baja―. Una vez que despejemos el área, agentes especiales entrarán en la propiedad y llevarán a cabo el arresto.

Carter sintió la mirada fija que le propinó después.

―¿Qué? ―le preguntó.

―Después de todo lo que has esperado y todo lo que has hecho, ¿te quedarás afuera o presenciarás el arresto?

Para su sorpresa no supo qué responder. Había esperado tanto por este día y hecho cosas que no le enorgullecía. Cosas como arruinarle la vida a una buena mujer a la que había jurado amar. Una forma retorcida de demostrarlo, pensó. Enviarla a prisión ¿Realmente había sido su única opción? Para un torpe, bruto y neandertal como él sí. Anna había significado tanto para él, y no se había percatado de ello hasta ahora. De no haber entrepuesto su venganza por encima de ella, el destino de ambos habría sido distinto. No le habría hecho tanto daño, no le habría arruinado su sueño. Porque, al final, su destino no era estar juntos. Se podía percibir por la forma en que Anna y el príncipe cuidaban el uno del otro, por como hablaban el uno del otro, por como el uno miraba al otro. No había que ser un experto para saber cuando dos personas estaban destinadas a estar juntos.

Personas como ellos.

¿Cómo pudo ser tan despreciable? Causarle tanto sufrimiento y suponer que su venganza justificaría sus acciones. Y a pesar de todo, ella estaba dispuesta a perdonarlo con tal de ser feliz. Porque ella se lo merecía, y lo único que le había pedido fue que atrapara al responsable detrás de los atentados.

Y sin importar lo que le cueste, él lo haría. Se lo debía.

Aún si tuviera que pagar con su vida.

Ese pensamiento le hizo pensar en la bella italiana escondida en su casa segura. Aunque era un criminal, un sanguinario y un asesino, Garrett Astori era su hermano, y pensar que pudiera gustarle tanto esa mujer le daba dolores de cabeza. Era pésimo en relaciones y bueno arruinando la vida de las personas. Emilia ya había tenido suficiente creciendo con ese hombre. No necesitaba que alguien como él terminara por arruinarle la vida, al menos más de lo que ya lo estaba.

Un príncipe en apuros (PARTE 1 Y 2) - SLC | YA EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now