Capítulo 42 | Borrador SP

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Las cosas se salieron de control, y todo lo que podía hacer era enloquecer, porque nada de lo que estaba sucediendo parecía tener lógica

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Las cosas se salieron de control, y todo lo que podía hacer era enloquecer, porque nada de lo que estaba sucediendo parecía tener lógica.

Los golpes continuaron viniendo, pero esta vez de ambas partes. De Carter a Cameron, de Cameron a Carter. Ella no sabía cómo intervenir, mucho menos si debía hacerlo, porque otra lucha se estaba formando dentro de ella.

¿Cómo había llegado Carter hasta allí? ¿Cómo supo dónde estaba? Como si esas dos preguntas no la estuviesen volviendo loca ya, una más apareció en su mente en letras mayúsculas y ennegrecidas: ¿ha tenido algo que ver con lo que le ha sucedido a Charles? ¿Tendría algún motivo para hacerlo?

Cameron tropezó y cayó al suelo. Carter echó el brazo hacia atrás, preparándose para darle otro golpe.

―¡Ya detente! ―le gritó―. ¡Suficiente, ya para!

Miró hacia todos lados, preguntándose dónde demonios estaban los guardias cuando se les necesitaba.

―¡GUARDIAS! ―vociferó, con la garganta aún más irritada―. ¿Qué coño tiene que hacer una para que la escuchen? ¡GUARD...!

Ella dejó de gritar cuando Carter la tomó del brazo. Él se arrepintió de inmediato, porque Anna cerró la mano derecha en un puño y le asestó un golpe en la boca.

―¡ME VUELVES A TOCAR Y JURO POR DIOS QUE TE CORTARÉ EN PEDACITOS TAN PEQUEÑOS QUE PARA ENTERRARTE TENDRÁN QUE ARMARTE COMO UN ROMPECABEZAS!

Lo vio asentir mientras presionaba su mano izquierda contra su boca.

―Lo admito, merezco el golpe ―apartó la mano de su boca y observó las gotitas de sangre en sus dedos―. También que me cortes en pedacitos. Sé que mientras más hable, más te enfurecerás.

En silencio, Anna tuvo que darle toda la razón, porque ya tenía ambas manos cerradas en puños para molerlo a golpes.

―Anna...

Ella tembló cuando lo escuchó pronunciar su nombre. Carter la miró fijamente a los ojos y una extraña sensación la invadió, como si estuviera siendo observada por un extraño.

―¿Anna qué? ¿ANNA QUÉ? ¿Cómo es que te paseas tan feliz por un hospital? ¿Cómo llegaste?

Furiosa por no obtener respuesta, avanzó unos pocos pasos hasta alcanzarlo y le dio un empujón en el pecho.

―¿Tú ordenaste todo esto? ¡DÍMELO! ¡JURO QUE TE MATARÉ SI LO HICISTE!

―¡NO!

Pero ella lo atacó como si la respuesta hubiese sido un sí. Carter la sostuvo de ambas muñecas lo suficientemente fuerte para detenerla, pero no para lastimarla.

Cameron aprovechó ese momento para reponerse. Se limpió la sangre de la boca y de la nariz mientras los observaba, memorizando al hombre. Él continuaba forcejeando con Anna, pero después, cuando ella volteó a verlo, se precipitó en su dirección.

Un príncipe en apuros (PARTE 1 Y 2) - SLC | YA EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now