Capítulo 51 | Borrador SP

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Charles tomó muy en serio su papel como profesor, y Anna debía admitir que era bueno en ello, porque en los últimos dos días aprendió mucho más que en la escuela

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Charles tomó muy en serio su papel como profesor, y Anna debía admitir que era bueno en ello, porque en los últimos dos días aprendió mucho más que en la escuela. Era más listo de lo que creía, y ya pensaba que era un hombre muy inteligente. Conocía cada punto y cada secreto de su casa real y la historia general de Reino Unido. También cada detalle del protocolo, por más absurdo y confuso que le pareciera a ella. Además, sabía ponerlo en práctica como un experto para que tuviera una idea de cómo llevarse a cabo.

Anna miró la taza de porcelana frente a ella, que reposaba sobre la mesa del comedor.

―Tienes que levantarla utilizando solamente el pulgar y el índice ―le indicó―. Debes mantenerte erguida y con la cabeza en alto, pero sin exagerar. Los codos en la mesa están prohibidos y no puedes dar sorbos largos. Después de cada sorbo, debes devolver la taza al plato.

Él hizo una rápida demostración de sus palabras. Después, ella lo imitó.

―Muy bien. Tienes otro diez.

―Siempre fui una chica de dieces.

Charles enarcó una ceja al verla cruzar las piernas.

―Cruzar las piernas rompe cualquier regla de protocolo.

―¿Por qué?

―Se considera un gesto cotidiano. La verdad no hay mucho que puedas hacer con ellas. Al sentarte, debes estar erguida con las piernas bien juntas, pero sin cruzarlas.

Anna se devolvió a una posición erguida y sin cruzar las piernas, justo como él le había indicado.

―Si sabes que estos son detalles básicos, ¿no? ―preguntó él―. No esperes dominar todo en un día.

―¿Estás dudando de mi capacidad de aprender?

―No, pero a mí me tomó años aprender lo que sé.

―Yo creo que ya no estás tan entusiasmado con la idea de ser mi profesor.

Él le sonrió con burla.

―Te equivocas, boca floja. Es divertido. Además, me sirve para practicar.

―¿Entonces qué sigue?

―¿Qué tal el brindis? Sigue más o menos la misma línea del té: codos fuera, colocar de vuelta la copa tras cada sorbo. Ahora, el brindis generalmente lo hace el noble varón, salvo que la princesa o noble fémina sea la invitada de honor. Siempre que se realice, se debe mirar de frente, no al suelo. Además, no debes levantar la copa por encima de la cabeza.

―Tal vez debí traer papel para anotar todo eso.

―Es mucho más sencillo recordar si lo aprendes como lección general. Todo lo que sea bebida: usar solo el pulgar e índice, devolver la copa o la taza a la mesa después de cada sorbo, no levantarla por encima de la cabeza y siempre mirando de frente a las personas. El contacto visual es un buen juego de confianza. Puede ayudarte a demostrar seguridad en ti misma.

Un príncipe en apuros (PARTE 1 Y 2) - SLC | YA EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now