Capítulo 5 | VP

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Charles tocó la puerta del despacho de su padre dos veces antes de escucharle decir que podía pasar

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Charles tocó la puerta del despacho de su padre dos veces antes de escucharle decir que podía pasar. Edward lo miró fijamente, intentando descubrir la razón de la visita de su hijo. Tenía un semblante atípico que acostumbraba a ver en otros rostros: el gesto de un negociador.

―¿Puedo hablar contigo?

Él asintió, extendiendo el brazo hacia uno de los asientos, invitándolo a acomodarse.

―¿Qué necesitas, Charles?

Le sostuvo la mirada mientras se acomodaba.

―Tal vez sea difícil de creer, pero he venido por nuestra conversación telefónica.

Edward asintió una sola vez, cruzando las manos sobre el escritorio, y esperó a que hablara.

―He pensado lo del adiestramiento ―se echó un poco hacia atrás―. Acepto.

―Lo dices como si hubieses tenido opción.

―Creí que ver algo de cooperativismo sería satisfactorio para ti.

―No lo llamaría satisfactorio hasta ver que resulte.

―Tienes muy poca fe en mí.

―Al contrario, a lo que me falta tenerle fe es a los motivos que te hicieron venir voluntariamente. Dado el caso, creo que tengo motivos para dudar ―le sostuvo la mirada en silencio durante un instante―. ¿A qué se debe este cambio de opinión? No me fío de esta singular muestra de cooperativismo.

Muy bien ¿Cuál iba a ser su excusa? ¿Qué una mujer lo había retado? ¿Que la misma taxista que lastimó su orgullo lo consiguió una vez más? ¿Qué quería demostrarle que estaba equivocada? No, no. De ninguna manera.

―Los yates y las fiestas están muy bien ―dijo―. Renunciar a eso ahora sería un fuerte golpe a mi estabilidad social.

―¿Así que se trata solo del dinero?

―Sí.

Edward inclinó la cabeza un poco. Sin apartar la mirada de su hijo, abrió uno de los cajones y sacó un periódico, colocándolo frente a él.

―¿Para qué es? ―pregunta.

―Para leer. Mira la portada. Luego la página tres.

Frunciéndole el ceño, Charles tomó el periódico e hizo lo que su padre le pidió. Tenía la fecha de días pasados y en la portada se mostraba una imagen de la discusión entre él y Anna en plena calle la semana pasada. Al pasar a la página tres, encontró un reportaje extenso relatando lo acontecido.

Se lo devolvió un instante después.

―La gente está muy interesado en la atractiva taxista que se enfrascó en una discusión con el príncipe de Gales ―dijo su padre.

Charles pudo detectar el tono de sarcasmo en su voz.

―¿A dónde quieres llegar?

―Tu pequeña rabieta con esta mujer a media calle ya ha llegado a los medios ¿Cuánto crees que tarden en descubrir que ahora es tu chofer?

Un príncipe en apuros (PARTE 1 Y 2) - SLC | YA EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now