★ (IN)HOOMAN ★ [BILOGÍA COMPLETA]

34. CÓMODA

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Quisiera quedarme en el apartamento para conversar con Myre sobre el video que subió esta mañana y que tuve que ver a las apuradas mientras me preparaba un café, no obstante, tengo otros planes. Trabajo por un par de horas en el calendario de redes sociales para lo que queda del mes y reviso aprisa los comentarios de los últimos posts que subimos. Respondo algunas cuestiones formales a Richie sobre eventos que se aproximan y luego corro hacia la ducha para alistarme.

Con todo lo que ha ocurrido, recién hoy podré salir de compras con Nova al centro comercial. Ahora que he cobrado ya mi primer quincena como secretaria, quiero aprovechar para ver si encuentro algo bonito. Es la primera vez que cobro realmente un sueldo propio, lo poco que me daban en la pasantía no alcanzaba para nada. Estoy emocionada.

Intento vestirme con algo casual. Por primera vez en bastante tiempo, me coloco pantalones de jean azules y las zapatillas que traje de Nueva York que me compré hace casi cinco años para ir al gimnasio y que habré usado tres veces en toda mi vida. Son cómodas, pero siento que me veo rara.

"Nueva vida, nueva Nina", me repito como un mantra mientras escojo el resto.

Entre el montón, encuentro una camiseta de Vanesa negra con una calavera blanca enorme en el centro. Es de esas que suele usar varias tallas más grandes y que creo que podría quedarme ajustada a mí. ¿Debería...? No, no es mía... aunque...

Me la pruebo.

Al verme al espejo, siento que estoy disfrazada de alguien más, pero no me desagrada el outfit. Recojo mi cabello con cierta torpeza para que se note desprolijo a propósito y me maquillo apenas con lo mínimo.

Antes de salir, asomo de nuevo al cuarto. Myre todavía duerme, seguro se quedó hasta la madrugada editando ese video del que no sé qué pensar todavía. Me gustaría que hablemos, pero deberá ser a mi regreso.

Camino con cuidado hasta su lado de la cama y le acaricio el cabello corto.

—Ey, ya me voy —susurro.

—¿mmm?

—Regreso en unas horas. No olvides que esta tarde tienes la reunión con Richie para coordinar lo de Six Poison Jars y, justo luego, otra con ese diseñador austríaco que quería que modelaras su nueva colección para no sé qué revista. Te envié por correo electrónico la información del interprete también, porque apenas habla inglés el señor —explico—. ¿Me oyes?

—Mmmmmm. —Se cubre la cabeza con la almohada.

—Hey, es importante... —Me arrodillo junto a la cama y le descubro el rostro otra vez—. ¿Necesitas que te lo deje anotado junto a la cafetera?

—Necesito un maldito abrazo —lloriquea, medio dormida.

—Okey, okey —la rodeo con un brazo—. Duerme un rato más, te he puesto la alarma para las dos de la tarde. Te llamaré poco después para asegurarme de que te hayas levantado. ¿Sí?