3. (IN)CREÍBLE

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Me siento fuera de sitio y, al mismo tiempo, jamás me ha embargado una calidez tan envolvente como esta

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Me siento fuera de sitio y, al mismo tiempo, jamás me ha embargado una calidez tan envolvente como esta. Es contradictorio.

Luces tenues crean sombras oscuras y ocultan los rasgos de las personas que me rodean. El público es una masa amorfa y anónima, posee una voz desafinada y coral. Soy parte de lo que ocurre, aunque a mi propia manera. No puedo dejar de sonreír.

A lo lejos, sobre el escenario, Myre brilla como siempre lo hace. ¡No puedo creer que estoy viendo uno de sus shows en vivo! ¡Y en mi ciudad! Llevo casi dos horas hipnotizada por su semblante, por la letra de sus canciones, por la ropa que lleva puesta y por los tatuajes, que han sido delineados por no sé qué clase de pintura que brilla en la oscuridad. Es su marca personal, lo hace en cada concierto. La estrella en su mejilla derecha es un añadido que no poseía todavía cuando la hallé en la carretera algunos meses atrás.

Su nuevo CD es excelente, y no sale a la venta hasta dentro de dos semanas. Cada canción narra una historia a través de las palabras. Hasta el momento, en el tour ha revelado siete de los catorce títulos que componen el lanzamiento, ¡y está por cantar el siguiente! Seré testigo de la revelación. No me voy a enterar días más tarde en redes sociales, sino que podré escuchar en vivo y por primera vez una de las nuevas composiciones de mi artista preferida. Es increíble.

Algunos metros por delante de mí, la multitud salta, con los brazos en el aire y gritos desafinados. Disfrutan, chocan sus hombros y se golpean sin querer. Cada tanto, algunos fans incluso se tropiezan entre la euforia y la escasa visibilidad. El aroma a marihuana y a tabaco se entremezcla con el de las bebidas que se fueron derramando sobre el piso y que causan que mis botas se peguen un poco con cada movimiento. Yo muevo los labios para seguir el estribillo, sin el valor de permitir que el sonido escape de mi garganta. No sirvo para cantar. Y prefiero escuchar a Myre antes que mi propio tono.

Una canción acaba y otra nueva comienza, casi sin descanso entre ambas.

Hace calor. El interior del teatro se siente como un sauna, a pesar de que estamos ya en invierno. Me he quitado el tapado y el sweater de cuello alto, pero todavía sudo un montón.

Definitivamente no vine vestida acorde a la ocasión. Las chicas a mi alrededor llevan minifaldas o shorts y blusas cortas sin mangas, como si fuera verano. Yo vine directo desde la universidad, no tuve tiempo para cambiarme. Y aún si hubiese podido, en mi ropero no existe nada que pueda amoldarse a lo que el resto del público luce.

Es extraño. Desde que era chica adoro el trabajo de Myre, pero jamás me consideré parte de la demografía a la que ella suele llegar. Quizá lo que me atrae de la muchacha es justamente que representa aquello que yo quisiera ser y que no me atrevo a intentar. Su libertad y su osadía me causan admiración y envidia. Soy una cobarde. Ni siquiera soy capaz de juntar el valor necesario para perforarme las orejas y, al mismo tiempo, me fascinaría colocarme un arete en la nariz o en la lengua, igual que mi ídola.

★ (IN)HOOMAN  ★  [BILOGÍA COMPLETA]Where stories live. Discover now