★ (IN)HOOMAN ★ [BILOGÍA COMPLETA]

☆ EPÍLOGO DEL PRIMER LIBRO ☆

La pantalla indica que es hora de cruzar la caseta de seguridad para dirigirse al sector privado del aeropuerto. Las manos de Nina tiemblan un poco, sé que se esfuerza por no llorar.

La acompaño en silencio hasta la fila de personas que aguardan por su turno para atravesar los sensores y detectores de metales.

—Nos vemos pronto —aseguro en voz baja y palmeo su hombro—. Estaré aquí en diez días, cuando regreses. Vendré a buscarte.

Ella asiente con un gesto, sin decir nada. Baja la cabeza y respira hondo.

—Oye. Todo saldrá bien. Estaremos en contacto a diario. Si tus padres te dan problemas, me avisas y vemos cómo solucionarlo. Ya te han dicho que puedes ir a recoger el cuarto con tus cosas el lunes. Invita a tu amiga, Shanice, si eso te genera más seguridad así no empacas tú sola. ¿De acuerdo? Y llámame cuando estés en el hotel, así me quedo tranquila de que has llegado sin inconvenientes —pido.

—Lo haré. —Nina se aferra a su bolso y traga saliva. 

Le he cambiado el teléfono por otro mejor que nos permitirá hacer videollamadas sin problemas. Tiene una de mis tarjetas de crédito y dinero en efectivo para usar como mejor crea.

—Y recuerda. Por cualquier cosa, me llamas. Y atenderé, aunque sean las tres de la mañana o esté en medio de un concierto. Detendré el mundo para asegurarme de que todo esté en orden.

—No hagas algo así —ríe ella—. Prometo que no molestaré demasiado, salvo que sea urgente.

—Me puedes escribir. Y también a Richie o a Crest. Estamos aquí para ti. Somos tus amigos también.

Ella vuelve a asentir, poco convencida.

—Aunque no suba contigo a ese avión, sabes que no estás sola, ¿okey? —insisto.

—Sí, lo sé. Lo sé —en su tono se nota que, en realidad, no me cree—. Gracias de nuevo. Nos vemos pronto.

Nos abrazamos con fuerza por varios segundos. Nina llora por fin, yo intento no hacerlo. Me encantaría darle un beso de despedida, pero sé que sería extremadamente imprudente de mi parte. No aquí. No frente a tantos extraños.

La fila se mueve y ella se ve forzada a separarse.

—Te quiero —susurra—. Mucho más de lo que crees...

Sin darme tiempo a responder, se aleja. Me hace un gesto triste con el brazo a modo de saludo y comienza a atravesar los sensores algunos segundos después. Ya no se voltea.

Me quedo allí, como paralizada, hasta que la pierdo de vista. Luego, coloco las manos en los bolsillos de la chaqueta de cuero y abandono el aeropuerto.

En el aparcamiento, fumo tres cigarrillos seguidos antes de pedir un taxi. Como ella se marchó con equipaje, no pude traer a Tali.

El apartamento se sentirá vacío sin Nina. Una parte de mí ni siquiera desea regresar al edificio. Temo que ver algunas de sus cosas desperdigadas por mi hogar, en medio de su ausencia, me hará perder la poca cordura que poseo. El miedo a un ataque de ansiedad grave late con fuerza en mi pecho y sé que el balcón se verá tentador, así como lo fue la terraza cuando me reencontré con Wisp.

Mi teléfono vibra y me arranca de las cavilaciones. Lo tomo entre las manos y veo que es un mensaje de ella: "Gracias por todo, Vanesa cómoseatuapellido. Volveré pronto, espérame. Hablamos en unas horas, cuando aterrice... te quiero".

Sonrío y le respondo solo con el emoji que manda un beso en forma de corazón. Nada más. No tengo otras palabras en este instante. Si empiezo a escribirle algo, me romperé.

Respiro hondo y subo al taxi que acaba de detenerse frente a mí.

—¿A dónde la llevo? —consulta el conductor, su acento es muy marcado.

Dudo por algunos instantes y, al final, le indico una esquina a varias cuadras del apartamento. Allí hay una licorería y pienso comprarme tantas botellas como pueda cargar. Esta noche necesito emborracharme y llorar sola, encerrada en la habitación. También aprovecharé a comprar otro atado de cigarrillos. O dos. O tres. Tengo el presentimiento de que voy a fumarlos enteros antes del amanecer.

Trago saliva y doy un vistazo rápido por la ventana hacia el cielo cuando oigo que un avión despega. ¿Será el de ella? Quizá...

Mientras intento controlar la ansiedad, vuelvo a tomar el teléfono para enviarle un mensaje a Richie: "No estoy bien. Necesito un turno con un psicólogo lo antes posible. Y compañía. ¿Me traerías el desayuno a casa mañana?".

Él responde de inmediato: "¿Quieres que me quede en tu sillón esta noche, Myrecilla bella?"

Le pongo que sí. Por favor. Necesito no estar sola. Por mi propia seguridad. Quizás una charla profunda y extensa con mi manager me ayude a ordenar las ideas y las emociones. Porque no llegaré a ningún sitio por mi cuenta esta vez. Él me conoce y me entiende mejor que nadie, después de todo. Es capaz de desenredar el desastre que hay dentro de mí.

Richie es veloz: "Claro, Myrecita de mi corazón, estaré por tu apartamento en dos horas y llevaré comida china. Ahora tengo una reunión con otro de mis artistas, pero apenas acabe voy para allá".

Leer eso me relaja un poco. Tal vez comprar unas pocas cervezas sea suficiente entonces. Y ni un cigarrillo. Necesito esforzarme por fumar menos. Por mi salud. Por mi voz y mi carrera. Y por Nina, que odia los besos con sabor a humo.

Odio verme en la obligación de admitirme a mí misma que ya la estoy extrañando.

Fin de la primera parte.

UUUUFFFFF, el epílogo es breve, pero embotella un montón de emociones. Más de las que creen.  Decidí no dedicarle el epílogo a nadie en particular porque es para todos ustedes. 

💜 Este no es un adiós para ellas, es solo un hasta luego.

✨ Cuéntenme aquí qué les ha parecido el primer libro de la bilogía ✨

¿Qué sigue? Pasen al siguiente apartado para descubrirlo.  PERO ANTES... les tengo un obsequio.

Comisioné un fondo de pantalla para PC con todos los personajes importantes de la bilogía, espero que les guste y que lo usen 😊 ¿Los reconocen? ¿Pueden nombrarlos a todos?

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