★ (IN)HOOMAN ★ [BILOGÍA COMPLETA]

27. MADURAS

Por varios días intento contener mi curiosidad en relación con el post explicativo en redes sociales. Sé que corre la posibilidad de que la gente no me crea y que esté lleno de mensajes de odio, así como también podría ser que la mayoría de los comentarios sean de apoyo. No tengo ni idea. La curiosidad es enorme, pero más grande es mi temor a derrumbarme en un ataque de ansiedad. Por eso, he tratado contener el deseo de consultarle a Nina al respecto.

Tengo miedo de que me odien. De que la carrera que he construido se derrumbe, ¿qué haré si eso ocurre? No me imagino a mí misma teniendo un empleo normal como de cajera o en tiendas del centro comercial. Mucho menos en una oficina.

Fumo en el balcón mientras aguardo por Nina, que está en una llamada con algo de una campaña de marketing. En mi mano libre sostengo el papel arrugado con mis reglas, teniendo cuidado de que no se vuele con la brisa. Claro que tengo este listado anotado también en mi teléfono, pero la página del viejo cuaderno posee un valor nostálgico especial que le brinda fuerza. Hay algo mágico en escribir con tus propias manos en lugar de en una pantalla, no sabría describir qué, pero es el motivo por el que compongo todavía en anotadores.

"Tengo que comprar más cigarrillos en el camino", pienso. Solo me quedan dos. Si bien es cierto que con la agenda tan ocupada que he tenido este año estoy fumando menos, este es un vicio que me ayuda a anestesiar la ansiedad y dudo que algún día pueda abandonarlo por completo. Es malo para mi salud física, no obstante, me ayuda con mi salud mental.

Supongo que, al menos, todo el drama con Enzo ha llevado a que se cancelaran contratos y me ha regresado algunos ratos libres. Varios espacios nos han visto siempre como un dúo, aunque nunca lo hayamos sido. Y tener solo a la mitad no les conviene. El drama y los rumores, además, han causado que algunas compañías prefirieran escoger a otros artistas que no estén metidos en polémicas delicadas.

Por un lado, eso es estresante ya que significa que creceré menos como artista y que recibiré menos dinero. Por otro lado, eso no me preocupa tanto y siento alivio de saber que tendré algún que otro día sin trabajo pendiente o que podré concentrarse más en la música propiamente dicha.

Doy las últimas pitadas al cigarrillo y lo apago en el cenicero que tengo sobre una mesita en el rincón del balcón. Luego respiro hondo y me esfuerzo por alejar las preocupaciones de la mente hasta mañana. Quiero que hoy sea un buen día.

Valentino me ha recomendado meditar. En la última sesión, me reí en su rostro ante la idea. Sin embargo en estos momentos me pregunto si sería posible intentarlo, ¿cómo ser hará? ¿Es muy difícil? ¿Necesito tomar clases? Debo admitir que esa clase de actividades siempre me han parecido absurdas y tontas, tan ridículas como leer el tarot, creer en el horóscopo o realizar rituales contra el mal de ojo, visitar curanderos y otros misticismos que están tan arraigados en la cultura popular. En especial en la latina.

Acepté hace tiempo que a la gente le gusta creer en un algo, lo que sea, que pueda servir de excusa para explicar sus problemas, sus fallos o su mala suerte. Es como quitarse un peso de encima para decir "pues me ha ido mal en el examen porque tengo la luna en Géminis" o qué sé yo, no porque me olvidé de estudiar. Yo ya no juzgo, antes sí me estresaba mucho con la gente del barrio en el que crecí por tener tantas costumbres espirituales raras. Con los años aprendí que si eso los hace felices, pues allá ellos. Es su problema y no el mío. Que hagan lo que quieran y crean en lo que se les dé la gana.