★ (IN)HOOMAN ★ [BILOGÍA COMPLETA]

1. (IN)ESPERADA

La vida es una mierda.

No importa cuál sea tu situación socioeconómica, cómo te traten tus padres o qué tal te vaya en los estudios y en el amor. La vida sigue siendo una mierda para todos, no hace excepciones. Nacemos para sufrir, para estresarnos y para, posteriormente, morir sin pena ni gloria.

Por momentos, tenemos parpadeos fugaces de felicidad. Quizás incluso un poco de esperanza, pero ¿qué son un par de buenas horas en comparación con numerosos años de desgracias? La balanza avala mis palabras: la vida es, indiscutiblemente, una mierda.

Conduzco de noche por la carretera lateral que conecta la ciudad de Albany con Manhattan. En condiciones óptimas, son unas cuatro horas de camino desértico, casi sin construcciones ni recepción móvil. También sin tráfico. Cada varios kilómetros se puede cargar el tanque de combustible e ir al baño, si uno tiene el valor. Nada más. Claro que podría haber reducido la duración de esta tortura si subía a la autopista, pero he optado por tomar la ruta lateral porque no confío en mi capacidad de estar tras el volante a gran velocidad en medio de la noche. Los numerosos carriles me intimidan, y sé que los conductores de este estado tienen fama de ser unos inconscientes que se cruzan de un lado a otro con tal de ahorrarse un par de segundos. Supuse que, aunque el GPS marcara que por aquí me tomaría cuarenta minutos más, valdría la pena.

Me equivoqué. Esta fue una mala idea. Taconic State Parkway está plagado de curvas y contracurvas que suben y bajan, obligándome a disminuir la velocidad y casi a duplicar la duración del viaje. Un trayecto que, de día, toma apenas tres horas me va a llevarme alrededor de seis. Tal vez más.

Al menos, ya estoy como a mitad de camino. Si todo sale bien, llegaré a mi destino justo cuando las tiendas comienzan a abrir sus puertas y podré volver a casa antes del anochecer.

La música que sale de los parlantes del coche me mantiene despierta y atenta. Si algo aprecio de este maldito viaje es que me brinda una oportunidad de disfrutar de las canciones de Myre sin tapujos. Canto a todo pulmón la letra de los temas mientras muevo un poco los hombros al ritmo de los instrumentos.

—"Y cuando el mundo te escupa en la cara, oh, oh, oh, tú solo pégale una patada, oh, oh, oh. Libérate, no pierdes nada. Oh. Oh. Oh... Tum, tum, tum." —tarareo incluso los golpes de la batería que preceden al fragmento veloz que tanto me gusta—. "Tum, tum, tum. Toma las oportunidades, abre las puertas, salte del camino, forja tu propia meta. Nada. Nadie. No te detengas. Si quieres conquistar el mundo, debes dejar a la gente boquiabierta."

Supongo que, tal vez, la vida de Myre es una de las únicas que no son una mierda. Ella puede hacer lo que la apasiona sin que le importe lo que nada ni nadie crea al respecto. No solo me encanta su música, sino que admiro la fortaleza con la que ha desafiado constantemente los estándares. Ella lo tiene todo. Es atractiva, talentosa, valiente y exitosa.

Suspiro.

Con una sola mano, abro la lata de bebida energizante que tengo a mi lado y bebo un gran sorbo. No me agrada el sabor, pero la necesito si es que quiero mantenerme despierta hasta alcanzar las caóticas calles de Manhattan. No estoy acostumbrada a estar despierta la noche entera y cada bostezo que escapa de mi garganta me asusta un poco más.