49. Ángeles, Protectores y Rastros

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— ¿Qué?— quería romper en llanto— ¡Tú no puedes volver a meterme ahí! ¡Tú no tienes pruebas! ¡Tú tienes mi edad! ¡Estás loca!

—De verdad lo siento...de verdad lo siento— intento acercarse a mí pero me alejé. No sabía qué hacer, lo único que mi cuerpo hacia era levantar la mano.

Le di una fuerte bofetada.

— ¡Lydia!— Ethan me detuvo. Richard me miraba fulminante y abrazo a su hija.

Comencé a correr como si no hubiera un mañana, nadie me volvería a meter en ese lugar. Ni quiero volver a vivir otra vez aquella pesadilla, comencé a correr y aunque cruce por las calles en medio de tanto trafico ninguno pudo atraparme. Casi me quedaba. Sin respiración peor note que había pasto seco a mí alrededor, no sé por cuanto tiempo corrí, pero me detuve al sentir mis piernas acalambradas. Escuchaba mis propias pisadas mientras caminaba, estaba atenta me di cuenta que alguien me seguía. Realmente deseaba que fuera Keith, me escondí detrás de una gran roca.

—Lydia, sé que estas aquí— fruncí el ceño al escuchar la voz de la oficial Cooper— Tal vez te preguntes, ¿Por qué te seguí? Estaba en el hospital interrogando a alguien por causa de violación, cuando te vi corriendo de la nada por el hospital...¿Que ha pasado?

No respondí.

—Bueno— suspiró— Sé que no hemos tenido nuestros momentos agradables y que la mayoría de veces parezco Fiona en sus días, pero así soy, tengo un humor de mierda. Pero no quiero hacerte daño, no sé a qué viene todo esto pero me imagino que algo te dijeron Richard y Kyle...Vamos Lydia, puedes matarme ahora mismo si quieres, si piensas que quiero entregarte al manicomio ese. Lo que menos quiero es que vayas allá— sonrió— Seamos sinceras, creo que estas mejor haciendo que gane dinero en vez de parecer un muerto viviente.

Salí lentamente.

— ¿Te puedo ayudar en algo?— sonrió de lado.

— ¿Te puedo abrazar?— ella, me miró de lado abrir di sus brazos— Todos los que pensé que eran mis amigos me dicen que solo soy un problema.

—Oh cariño, no te sientas mal— acaricio mi cabello— A veces hay momentos así, en donde la desesperación hace que digas cosas hirientes... A veces prefieren ayudar a otros sin saber que por otro lado rompen un alma.

—Me siento tan sola— quería llamar a Keith.

—Tranquila, solo es un momento— suspiro— ¿Que te ha dicho Kyle?

—Me meterá al Asylum nuevamente...

—Mmm...Con que eso piensa hacer— me miro pensativa— Te puedo ayudar si quieres— se encogió de hombros— Creo que te mantendría oculta un tiempo, si eso quieres aunque— suspiro— Me meterías en unos buenos líos, pero en cierta parte me agradas.

— ¿Puedo llamar a Keith?

—Eso ni hablar— se arrodillo a mi altura— ¿Sabes cómo se pondría? ¡Como un loco! Golpearía todo e incluso me haría algo, haría un escándalo y llamaría la atención de todos. Solo es un momento, luego podrás verlo a escondidas pero ahora aléjate de todos.

—No quiero estar siempre escondida...

—Y no lo estarás— rodó los ojos— Solo es un momento.

—Bien— mi teléfono no dejaba de vibrar.

—Creo que deberías darme el teléfono...

—No— suspire— No hablaré con nadie pero déjame el teléfono.

Ella me miro pensativa un momento, suspiró y dijo— Bien, pero hay que irnos ahora— sonrió dándome la mano.

— ¿Dónde iremos?— pregunté.

Lydia® [LIBRO 1-2] BORRADORWhere stories live. Discover now