2. Visita

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Me pregunto ¿La vida ya tiene las cosas preparadas?

Keith me levanto de mi lugar para conducirme a no sé dónde, mientras caminábamos todas las miradas estaba fijas en nosotros, pude ver como un grupo de chicas murmuraban cosas, una no quitaba la sonrisa de su rostro es como si la tuviera pegada en ella era como una risa psicótica.

—No las tomes en cuenta —susurró Keith, el me abrió una silla para sentarme y al hacerlo no le mire a los ojos aunque me muera por verlo no puedo mirarlo — Mírame por favor — me tomo la barbilla pero la aparte rápidamente.

—No lo hagas Keith por favor —susurre muy bajo, el silencio nos invadió — Pensé que no te volvería a ver.

—Yo igual, he buscado información sobre ti en esta manicomio de mierda pero nadie me lo otorgaba no sabes lo duro que han sido estos tres meses ¿Que han hecho contigo? ¿Fue el imbécil de Richard? ¿No?

—Si — me tome las manos —Todos son...malos.

— ¡Hijos de perra! — Keith se levantó bruscamente de la silla apretando sus puños pero lo tome de la mano para que no se vaya- Me las va a pagar...

—Keith si haces un escándalo no poder salir de la habitación de los gritos — Keith suavizó su mirada y se puso a pensar que era mejor no hacer nada y quedarse callado.

Aquella voz resonó en mi mente diciendo: <<El te condujo a esto, si nunca lo hubieras conocido nunca estuvieras en ese manicomio ¿Vas a dejar que se repita la historia? Reacciona Lydia, amar duele por eso tienes que dejarlo ir>>

Esta vez mire a Keith a los ojos, y si aquella voz tenía razón tal vez si no lo hubiera conocido tanto ni el como yo estuviéramos aquí, no creo que sea culpa de Keith creo que es culpa mía por haber sido una entrometida.

—Hola ¿Me puedo sentar con ustedes? — un chico un poco moreno con los ojos castaños, se acercó con su bandeja de comida.

—No, púdrete Mike —Keith me tomo de las manos y me saco de ese lugar, nos dirigimos al patio y tenía una vista hermosa a excepción del montón de pacientes que deambulaban en él, había un chico en el suelo que se deslizaba decía que era un gusano.

—No tenías que ser tan malo con ese chico —lo mire de reojo cruzándome de brazos.

—No me importa — dijo a secas mirando al horizonte.

—Lo sé, pero a veces puedes hacer sentir mal a los demás — suspire —Aquel chico solo quería ser amable.

— ¿Por qué te importa tanto? — espetó molesto, aquí tenemos al Keith amargado — No me importan si se sienten mal o no, ellos no me preocupan ni me hacen feliz aquí lo único que me preocupa eres tú- me miro dándome una media sonrisa, sentí como mis mejillas se calentaban por lo que había dicho, me acerque a él dándole un leve beso en la mejilla.

—Quiero ir a casa, quiero ver a mis amigos a Kyle... — no sabía que decir así que opte por cambiar de tema.

—Saldremos- se acomodó sus mangas — Te lo prometo.

A veces hay cosas en las que te cuesta o es imposible adaptarte, sufres cambios tanto físicos como psicológicos, no soporto estar aquí encerrada en este lugar tal vez este lugar no es hecho para mí y estoy por error. Me puse a pensar en las tantas consecuencias que me podían ocurrir pero nunca imagine que terminar en un manicomio. Tenía que salir de este lugar sea como sea, por una parte me alivia ya no estar encerrada en el "cuarto de los gritos" y sufrir los electrochoques, este lugar aparenta cuidarte pero solo es un lugar en donde si no estás loco terminas haciéndote uno.

—Hoy es domingo, días de visitas—informo una enfermera por el megáfono ¿Mis papas vendrían hoy? Salí descalza al campus para ver si mis padre me visitarían, los extraño tanto que no puedo ocultar mi felicidad y estoy aquí esperando ansiosa como una niña de cinco años, a lo lejos vi a la figura de mi padre tomado de la mano con mi madre, no es ofenderme pero me sentido con un cachorro esperando a su amo saltando de alegría, no aguante más y salí corriendo, no me importaron las piedrecillas enterrándose en mis pies.

— ¡Papas!- las lágrimas salieron al sentirlos en un abrazo fraternal, por más distantes que hayamos estado este tiempo sentirlos nuevamente me hace valorarlos por tenerlos conmigo.

— ¡Cariño te hemos echado de menos! — El abrazo de mama se sentía tan reconfortante- ¿Cómo te sientes? ¿Cómo te han tratado?

Ninguna sola palabra...

—Hemos venido todos los días pero nos han dicho que tenías restringidas las visitas por tu estado, te sacaremos de ahí lo más rápido que podamos- me dirigí con mis padres a unas bancas que habían en el parque del hospital — Te ves muy pálida y en mal estado- papa me tomo las mejillas para ver mi estado.

—Estoy bien —tome sus manos —Es por lo que pasaba encerrada pero ya estoy aquí, tiene que contarme todo lo que ha ocurrido mientras yo no he estado ¿Qué ocurrirá con el colegio?

—Bueno hemos hablado con los oficiales y los médicos para sacarte de aquí ya que no estas trastornada, ya que por una parte los asesinatos siguen en la ciudad y tal vez descarten la idea de que ustedes son sospechosos—sentí mi corazón acelerarse, me emocionaba la idea de salir, antes odiaba la escuela pero ahora escuchar que tal vez pueda regresar hace que ame la idea, converse con mis padres sobre muchos temas como la situación en la casa, los vecinos y también sobre lo que murmuraban sobre Keith y yo en la escuela, por una parte a eso le tengo miedo, no quiero regresar y todos me miren con miedo o murmuren "Miren a Lydia la loca". También hablaron sobre por qué no pudieron venir Ethan y Kyle, ellos no vinieron debido a que Ethan viajó por su madre y Kyle esta resfriada.

— ¿Donde esta Keith? — pregunto mama extrañada de que no lo haya visto conmigo, realmente no sabía dónde estaba creo que la emoción de ver a mis padres ha hecho que me olvide de él.

—La hora de visitas terminó — mire al cielo y este ya estaba oscureciendo me daba tristeza que ellos se tengan que que, necesitó estar con ellos como los domingos en las tardes cuando veíamos películas y reíamos sin césar, necesito ser la hija de mamá, me despedí de ellos conteniendo las ganas de llorar y los vi marchar por aquel camino en donde los rayos del sol reflejaban.

Camine en busca de Keith pero no lo encontraba, me dirigí al comedor pero no estaba, después de hacer un gran recorrido por el hospital me conduje a una zona que no conocía y ahí estaba el, cruzado de piernas mirando al suelo con aquella mirada seria de siempre.

— ¿Keith? — lo llame pero no se giró a verme, me acerque lentamente acomodándome a su lado — ¿Puedo estar aquí o necesitas estar a solas? — me miro de reojo sin saber que decir.

—Como sea — sino sin desviar la vista del suelo — ¿Querías algo? —no entiendo ese cambio repentino en él.

—Quería hablar contigo sobre qué tal tu día de visitas — el río irónico como si lo que dije fuera lo más estúpido que ha escuchado.

Y me di cuenta que si fue lo más estúpido que haya dicho.

—A mí nadie me visita...

***


Hola cariños míos, otra vez estamos en el uno gracias los adoro, ayer no pude subir la otra novela porque he estado ocupada con los deberes lo siento, por cierto últimamente me han ocurrido cosas con mis situaciones lo cual ha hecho que entre en un bloqueo raro, me siento en la computadora a escribir pero no se me vienen ideas, espero poder salir de esto y si no subo capitulo ya sabrán mis razones, espero que solo sea momentáneo pero cuando me recupere volveré a subir recargada y con fuerza.

Ahora las preguntas: ¿Sintieron pena por Keith? ¿Es verdad que nadie lo visita? ¿Quién será ese tal Mike? Por cierto... ¿Qué tal les ha parecido la nueva portada? ¿Creen que estaba bien la anterior? Díganme en los comentarios.

Creo que he extendido esto, por favor ayúdenme votando y comentando que es totalmente gratis (me sentí youtuber). Recuerden que los ama con el corazón Kind


Lydia® [LIBRO 1-2] BORRADORWhere stories live. Discover now