Lydia® [LIBRO 1-2] BORRADOR

96. Por Mamá

Ashley Recuerdos.

Éramos siempre los tres, los tres mosqueteros todas las tardes, los tres misioneros y los tres niños más felices que podían haber, eran divertidas nunca me aburría de estar con mi mejor amiga Helena y mi mejor amigo Keith, sé que soy muy niña para sentir este tipo de cosas pero creo que siento algo por Keith, me da mucha vergüenza admitirlo.

Mis padres se llevaban muy bien con los Clark siempre hablaban animadamente y se reían de las cosas que solíamos hacer en las tardes, Helena era menor a nosotros y por lo tanto Keith y yo nos hacíamos cargo de ella éramos como su padre y madre a pesar de todo Helena era una niña muy inteligente me daba consejos de niñas, me decía lo que estaba bien y mal siempre estaba conmigo en todo.

Por otro lado estaba Keith, como dije anteriormente siento cosas por él pero no sé si él también sienta las mismas cosas por mí, no me importa realmente me alegra con el hecho de saber que soy su amiga y la mejor, tiene la misma edad que yo y siempre ha estado conmigo, me ha defendido de aquellos niños malos que siempre se burlan de mi por el hecho de llevar frenillos, me ha consolado cuando estaba triste dándome un fuerte abrazo y un chocolate ¿Podía pedir algo más? Tenía al mejor amigo de todos, un día estaba en mi bicicleta y Keith estaba atrás de ella empujándola cuando empecé a andar sola por mala suerte me caí rasmillandome la rodilla, llore mucho contra el pavimento Keith vino la más rápido para ayudarme, me dio un leve beso en mi rodilla me miro a los ojos y me dijo << ¿Sano?>> me sonroje por lo que hizo sin dudas tenía a un gran "amigo"

—Keith— él levanto su mirada- ¿Nunca me olvidarás?- no sé por qué hice esa pregunta, me salió así de la nada.

—Obviamente no- me miro extrañado— ¿Por qué preguntas eso?

-—¿Promesa de meñique?- ignoré su pregunta por qué no sabía qué contestarle.

—Promesa de meñique— me sonrió dándome un abrazo.

Mi mama había recibido una invitación de cumpleaños de una vecina nueva, me desagrado la idea no quería ir por el hecho de que Robert el niño que se burlaba de mis frenillos iría. Le pregunté a Keith si iría y me dijo que si porque Helena tenía mucha ilusión de ir, Keith nunca le dice que no a Helena ni tampoco sus padres ¿Pero quién le diría que no a tan hermosa criatura?

Tenía miedo de que Robert se burle de mí, Keith ya me había dicho muchas veces que me defenderla de el pero igualmente no podía quitarme el miedo de encima, el cumpleaños era de una niña con cabellera rojiza no recordaba muy bien su nombre, tampoco me interesaba en la zona de juegos vi como Keith se divertía con los demás niños y la niña que cumplía años, creo que se llama Lybia o Lydia me moleste mucho al verlos divertirse en especial a Keith quien compartía miradas y sonrisas con esa tal Lybia o como sea que se llame. Sentí un brusco toque en mi hombro al girar me encontré a Robert con aquella sonrisa burlona de siempre.

—Vaya, vaya nuestra amiga el carro con frenos ha venido- se río de mi al igual que sus amigos, al instante pude ver como Keith empujo a Robert alejándolo de mí.

—Déjala en paz es una niña— aunque no parezca Robert le tenía miedo a Keith, el rumoreaba que Keith era extraño y tenía fuerzas de hacerte daño sólo con mirarte.

¿Qué clase de niño tendría poderes así?

Robert se alejó en busca de quien podía molestar y esta vez no fue ningún niño más si no que fue un gato y no era cualquier gato era el gato de la cumpleañera, él lo lanzó sin piedad donde se encontraba su gran perro, todos comenzaron a asustarse por los ladridos y aullidos que emitían los dos animales, la mano de Keith me apretaba fuertemente yo tampoco soportaba ver a qué grado de maldad puede llegar un niño