40. Depresión

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Estaba paralizada, me sentí estúpida, tonta y todo lo negativo. Había traído a Keith donde su padre, es donde pienso si de verdad todo tiene que salirme mal a mí, creo que lo tengo merecido después de querer aceptar aquella propuesta, pero fue por necesidad y no para mis propios gustos. 

—La casa se incendió completa, tú estabas borracho, dormido ¡Tenías que haber muerto! ¡Desgraciado!—intentó lanzarse hacia Adán pero Will lo detuvo— ¡Te cambiaste el jodido nombre! Tenías que morir tú y no mamá ni Helena.

—Fue un error hijo—se puso serio Adán—Yo las amaba mucho pero cuando me di cuenta ya lo había hecho, soy un cobarde que huí, tenía miedo, no tienes idea de lo que sufrí todos estos daños...

— ¡Cállate! Te largaste, me metieron en un manicomio, me volví el peor monstruo de todos, por tu culpa, si nunca hubieran incendiado la casa de Ashley nunca se hubiera vengado

—Calma Keith— Me interpuse tocando el pecho de Keith.

—Yo nunca pensé que te volvería a ver, nunca te llame a ti sino a tu noviecita que está necesitada.

—Ella no va aceptar eso—me tomo de la mano— Vamos Lydia, él es un hijo de puta sin compasión, por eso está solo en este lugar.

—La vida de tu padre está en juego, puede morir mañana o después, si no aceptas sus días están contados,

Los recuerdos de mi padre se me vinieron a la mente, era verdad, aquella bacteria estaba absorbiendo el alma de papá lentamente, era una buena oferta, después de todo fue a mí que propusieron la oferta.

—Si tu aceptas si es posible hasta mañana en la noche tienes la mayoría del dinero en tus manos, te necesito no sabes los millones que se me ha robado ese tipo.

— ¿Lydia?— intenté no mirarlo— No me digas que piensas aceptar la propuesta de ese imbécil—me dio un tirón de manos.

Pero me solté de ella, las lágrimas corrían en mis mejillas.

—Yo lo siento Keith, pero es mi padre— solloce— Es su vida y depende de ese dinero, de verdad lo siento.

— ¿Te vas a cegar por el dinero? Hay otras soluciones...

—Dime ¿cuál?— me desespere— No robare un banco, tampoco puedo desear que caiga dinero del cielo, es la única solución.

Keith me miro confundido, con los ojos entrecerrados negó varias veces con la cabeza.

— ¿Dónde está la Lydia de la cual me enamoré?—se alejó apretando los puños. Sentí un frío recorrerme el cuerpo, sabía que esto era el fin, había traicionado a Keith y de la peor forma.

— ¡Keith no!— solloce deteniéndolo del brazo.

—Se acabó Lydia—se zafo de mi agarre, se alejó de mí, en tan solo un momento ya no había rastro de el solo una profunda oscuridad y una terrible tristeza, quería regresarme y no aceptar nada pero algo me detenía y me obligaba a hacerlo.

Mi celular sonó, rodé los ojos pero igualmente lo encendí para ver.

"Gracias...By: L"

—Quiero terminar ya con esto.

—Tal vez me odies pero es la mejor decisión...

—Solo dime dónde y a quien tengo que eliminar— Will me condujo a un auto, nos llevó por senderos que eones e que no existían, habían pequeñas casas pero desde lejos casi debajo de una cueva, no era notoria creo que fue muy inteligente en construir su casa.

— Tengo un chocolate en ese cajón— dijo Will mientras conducía—Bueno eso a mí me ayuda a tranquilizante cuando llego tarde a mi casa, ya sabes mi mujer es la que manda y no es muy linda cuando se enoja— Sonreí levemente, mire a la ventana aun no sabía en que estaba convirtiéndome.

Lydia® [LIBRO 1-2] BORRADORWhere stories live. Discover now