Lydia® [LIBRO 1-2] BORRADOR

22. "Te arrepentirás..."

Miré la hora, esperaba que se sea tarde pero recién era hora para salir del instituto. La actitud de Keith había cambiado después de lo que ha ocurrido, se lo ve raro, es como si ya no estuviera molesto, como si estuviera tranquilo. Por un lado me reconforta saber que fui yo la que lo calmo. A veces me inquieta saber el hecho que entre Keith y Ashley puedan saber más allá, pienso que Keith sabe lo que hago y lo que haré después, me da vergüenza.

— ¿En qué piensas?— Keith preguntó, mi rostro pasó a confusión. ¿Realmente el mismo Keith me pregunta algo? ¿A mí? Todas la veces que hablo con él soy yo la que pregunto esta es una oportunidad y no la voy a perder.

—En las cosas que me sucederán después, en que me convertiré— lo miré de reojo.

—Aún se puede cambiar— dijo de manera cortante— Camina rápido te dejaré en casa.

— ¿Y tú luego?

— ¿Luego qué?— dijo fastidiado. Creo que esa tranquilidad se fue, volvió el malhumorado de siempre, y fue donde me di cuenta que la causa de su mal humor, soy yo. Es obvio, porque si le hablo se comporta así, hace unos momentos estaba bien.

— ¿Qué harás luego de que me acompañes?

—Cosas que no te interesan— alzó levemente la comisura de sus labios.

— ¿Cómo qué?

—Yo que sé, algo para aliviar esta tensión.

No sé si a "Aliviarse un poco" se refiere a...

—No tonta, en eso no— rodó los ojos.

— ¿Entonces?— suspiré con una sonrisa.

—No lo sé— trató de pensar un momento—, ya veré yo— volvió a levantar la comisura de su labio. Sabía que esa sonrisa era con malas intenciones.

—Pero Richard te seguirá...

—Me importa una mierda Richard—no dije nada no quiero que el Keith calmado se esfume convirtiéndose en el Keith desesperado de siempre, en el resto del camino hice silencio no dije simplemente estoy tan consternada con todo lo que ha sucedido.

—Llegamos— murmuró Keith, giró sobre sus talones dándome leves palmadas en los hombros, no esperé eso de él realmente ni se me pasó por la mente que el mostrara ese "tipo" de afecto conmigo.

—Nos vemos luego Keith y no lo hagas sabes a que me refiero. Adiós.

—Intentaré—dio unos pasos— Ven a mi casa luego, creo que será mejor—lo miré confundida no sé a qué se refiere.

Sonreí levemente entrando a mi casa, cuando entre solté el aire que estaba conteniendo realmente no sé por qué pero hoy fue un tanto diferente y el cambio de actitud de Keith me dejó admirada.

Incluso me gusto en la forma en la que me trató, poco a poco conoce cada rincón de él.

—Ah ya te dignaste en venir— dijo papá sin emoción, me duele demasiado como me trata ya ni si se si es mi padre, siempre que llegaba hacia un chiste malo pero era el primero en alegrarse de que regresara al igual que mamá.

—Papá por favor no me trates así...

— ¿Así como?— se cruzó de brazos.

— ¡Edward! ¡Basta! — gritó mamá luego se acercó a mi dándome un abrazo— ¡Entiendo que estés molesto pero te estás pasando.

— ¿Yo me estoy pasando? Acaso no ves en lo que nuestra hija se ha convertido ¡Una asesina!—no me pude contener más solté un sollozo fuerte me agaché abrazando mis piernas y llore desconsoladamente.