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[Raquel]

El dolor se hizo presente cuando salí de la burbuja en la que me encontraba llamada Alicia Sierra, al llegar a casa seguía con ese miedo que me había ocasionado Alberto, me preguntaba si era así con cada mujer que no hacía lo que él quería, las preguntas de que hubiese hecho si Alicia no me hubiese prácticamente salvado estaban presentes, ¿el no se cansaría?.

-¿Pero por que te hizo eso?- Pregunto Mónica totalmente sorprendida. - No lo sé, no fui mala con el - Dije mientras soltaba el humo del cigarro. - Es un hijo de puta, Raquel, ¿Por qué nunca me dijiste eso?- Pregunto por último Mónica, la verdad es que no lo sabía, no tenía muy claro mis pensamientos en ese momento. - No pensaba que iba a reaccionar así- Dije sincera dejando caer un suspiro, toque mis muñecas, aún dolían pero cada menos y eso en parte me alegraba, lo único que quería es que no dejaran marca o tendría que dar alguna explicación por aquello a cualquiera que las viera.

Al día siguiente, me sentía bastante segura con Mónica a mi lado pero ella no iba a estar conmigo en cada momento. - El short me queda horrible - Dije en los vestidores. - ¿Que dices?, te ves bien - Dijo Mónica tomando su cabello y haciéndose una coleta, me miré una última vez en el espejo y hice una pequeña mueca. - Venga, la clase ya va a empezar - Dijo Mónica saliendo de los vestidores, salí a la par que ella.

Calentamiento, aquel calentamiento que te dejaba sin fuerzas antes de empezar a ejercitarte, tomé de mi botella de agua y comencé con las sentadillas, el ejercicio no era mi fuerte pero aún así no me disgustaba practicarlo. - Alberto te está mirando - Dijo Mónica seria, suspire y volteé a verlo, aquella sonrisa, cómo si se estuviera burlando de mí, esa misma sonrisa que me dio cuando lo vi por primera, cómo odiaba esa sonrisa, intenté ignorar ese hecho que me causaba algo de repulsión. Termine con las sentadillas, mis piernas temblaban levemente, estaba cansada y aún ni siquiera iba por la mitad, de a poco me acostumbraba a esta rutina de ejercicios, amaba las flexiones, era lo mejor que hacía, terminaba más rápido. Estaba terminando con los últimos ejercicios cuando a lo lejos vi a la maestra Sierra, conversaba con un maestro que no pude reconocer pero estaba casi segura que era Marsella, ¿Me habrá visto?, estaba llena de sudor y de cansancio, simplemente no quería captar la atención de Alicia, pero mi deseo fue completamente ignorado, Alicia volteó hacía la cancha, una sonrisa se formó en su rostro cuando juntamos miradas, sonreí levemente ignorando todo lo que había a mi alrededor. Alicia bajo la mirada y de su bolsillo sacó su celular, aparentemente había contestado a una llamada y su expresión había cambiado a una totalmente escalofriante, rápidamente salió de aquel lugar, dejando a Marsella y a mi con una gran confusión.

[Alicia]

Mi mundo se había dado completamente vuelta cuando recibí aquella noticia, pensaba en Anais, que haría si su padre no está, no sabía cómo podía conducir, mis manos temblaban y mi garganta estaba apretada, al llegar al hospital rápidamente fui a la recepción entregué mis datos y los de Germán, no sabía nada de él y lo peor es que tenía que esperar alguna respuesta de los doctores. - ¿Alicia Sierra?- Se escuchó una voz masculina, levante la mirada rápidamente y fui hacía esta. - ¿Esposa de Germán? - Pregunto el doctor, asentí levemente. - Intoxicación por drogas - Soltó el doctor mirando aquel papel que tenía el historial médico de Germán. - Lo sospechamos por las convulsiones y taquicardia que tuvo hace unas horas - Agregó el doctor, mi pecho se apretó y por un momento sentí que mi vista se nublaba. - Esta en observación en este momento, no puede recibir visitas hasta que despierte - Dijo el doctor por fin mirándome a los ojos, aquel hombre se iba a retirar pero mis palabras detuvieron su caminar. - ¿Que droga fue?- Pregunte rápidamente, fue un impulso, ni siquiera sabía si aquella información me iba a ayudar o hundir más. - Benzoilmetilecgonina, mejor conocida cómo cocaína - Respondió bajo el doctor y se retiró, suspire frustrada y miré a mi alrededor, me sentía totalmente humillada. - Anais - Susurre, ella aún estaba en clases y faltaba mucho para que terminara pero no sabía cómo decirle que su padre está ingresado por intoxicación, mi celular comenzó a vibrar, era Marsella, simplemente me fui de la academia sin dar explicaciones. - Trataré de ir mañana pero hoy es prácticamente imposible, fue una emergencia - Dije intentando contener aquella quebradiza voz. - Esta bien, yo puedo sustituirte - Respondió Marsella, estaba totalmente agradecida por aquello.

[Raquel]

¿Que le habrá pasado?, quede con esa gran duda, no la vi en todo el día, tenía la esperanza que en la última clase apareciera por la puerta pero no fue así, Marsella fue aquel hombre que atravesó la puerta, la confusión en el salón era notoria pero Marsella se limitó a explicar lo que había ocurrido. - ¿Y dónde está Alicia? - Pregunto Ángel. - Ni puta idea - Respondio Mónica. - Espero que mañana aparezca - Solté y Mónica me miró, la miré de vuelta, una extensa conversación de miradas que se terminó con una leve sonrisa de parte de Mónica. - Espero que si- Dijo por último Mónica, asentí levemente intentando no verme tan preocupada. Las clases terminaron, estábamos yendo para mi casa. - Raquel - Dijo Mónica y la miré. - La maestra Sierra - Siguió hablando, mi corazón comenzó a palpitar más rápido. - Espero que esté bien- Dijo por último Mónica. - Si, espero que no le haya pasado nada malo - Dije, no quería verme tan notoria pero Mónica me conocía y era imposible ocultarle algo por mucho tiempo.

A Punta de Espada//Ralicia Where stories live. Discover now