[12]

624 61 60
                                    

[Raquel]

Lunes, tenía un amorodio hacía estos. estaba en casa con Ángel y Mónica, ellos llegaron el día anterior pero yo estoy desde el viernes estudiando. desayunamos y fuimos a la academia, hoy día iba a ser agotador sin contar los demás días de la semana, llena de exámenes y trabajos por hacer, sin embargo era lo que me apasionaba y soportaría lo que fuera para llegar a ser una inspectora del Cuerpo Nacional de Policias.

-¿Podemos pasar a la cafetería?- Pregunte cuando estábamos entrando a la academia, ambos aceptaron. -Prefiero el calor y no me avergüenzo- Dijo Ángel. -Eso es mucho peor aque no me guste el café- Dije entre risas y Mónica explotó de la risa. -Que coño ustedes dos- Dijo Mónica y una risilla se me escapó.

[Alicia]

-Luego te llamo, cuídate mucho, ¿sí?- Dije por último antes de cortar la llamada que estaba teniendo con Nairobi, el viernes nos juntamos en mi casa, estuvimos toda la noche conversando y poniéndonos al día, no la veía hace mucho y le prometí que eso ya no iba volver a ocurrir, simplemente por los celos de Germán.

Me dirigía a la sala de tiro, tenía clases con el primer año. hoy día había clase de tiro y a la última hora un examen. cuando llegué comencé a organizar la sala, dejando esta un poco más ordenada y simplemente esperé mientras recargaba las armas, la sala se iba llenando de a poco.

[Raquel]

Estábamos yendo a la sala de tiro, me aterraba esta clase, la sala no tenía nada de malo, era la presencia de Alicia en esta, el nervio que podía causarme cada vez que me miraba podía desconcentrarme al segundo y simplemente no podía disparar.

deje mi bolso a un lado y pude formar parte de una fila. -Raquel- Dijo Alberto tocando mi hombro, me di la vuelta hacia el, aún no lograba localizar a Mónica y mucho menos a Ángel, ellos simplemente desaparecieron, sonreí y vi cómo Alberto intentaba acercarse. -¿Cómo estás?- Pregunto este poniendo una mano en mi cintura, algo incomoda tome su mano para sacarla lentamente, sin que se viera tan mal. -Estoy bien- Dije y vi cómo volvía a poner su mano en mi cintura. -¿Y tú?- Solté por último y me moví hacia un lado. -Bien- Dijo en voz baja Alberto -Oye, me preguntaba si estas libre después de clase- Dijo Alberto con una sonrisa. -Estoy algo ocupada, recuerda que toda la semana tenemos exámenes- Dije y vi cómo Mónica se estaba acercando. -Entiendo si, yo también estoy así- Dijo algo nervioso, pude percibir eso cuando se llevó su mano a la nuca. -Mira, ya casi es tu turno- Dijo el contrario -Bueno, nos vemos- soltó por último, todas las conversaciones que tenía con el eran tan incómodas, me dejaban con una sensación pesada en el pecho. Pero Alberto tenía razón, casi era mi turno y el miedo de que me fuera mal se hacia presente. -Te irá bien- pude escuchar que me dijo Mónica antes de ser llamada por Alicia.

Tomar el arma, apuntar y disparar. En mi cabeza no se veía tan difícil el hecho de hacerlo. -Concéntrate, Raquel- Dijo Alicia, ¿Eso era intentar calmarme?, negué levemente sacando aquellos pensamientos de mi cabeza y apunté algo temblorosa. -Recuerda tu postura- Soltó por último la maestra, Apunte y dispare seguidamente dos veces, sonreí victoriosa al darme cuenta que le había dado a la cabeza en los dos disparos, miré a mi maestra detenidamente, tenía una sonrisa dibujada en su rostro. -Eso estuvo muy bien- Dijo Alicia mirándome, moje mis labios inconscientemente y baje la mirada. -Gracias- Dije entrecortada y salí de la sala.

Estaba muerta de hambre pero para mi suerte Mónica ya estaba conmigo cuando salí de aquella sala, fuimos a la cafetería. Un sándwich, era lo único que necesitaba para seguir con mi día, pero la fila era extensa y de seguro los tiempos no me iban alcanzar, pero que más daba. Me encontraba esperando en la fila junto a Mónica, a lo lejos pude ver a Alicia, en sus manos tenía una botella de agua, tenía el cabello tomado en una coleta alta y vestía casual, pude conectar con su mirada, simplemente me impacienta siempre perder en este juego, cuando ella me miraba se veía serena, cómo si le gustará hacerlo y ponerme nerviosa, una leve sonrisa se hizo presente en la maestra. Uno, dos, tres... Fui sacada a la fuerza de ese juego de miradas por Alberto, aún estaba procesando aquello pero intente prestar atención a Alberto, analicé la situación, era obvio que nada bueno vendría.

Alberto estaba con su grupo de amigos, cómo si de una manada de lobos se tratase, tragué saliva intentando averiguar de qué se trataba aquello, aún sentía la mirada de mi maestra. -Raquel, sabes que desde que- Dijo Alberto y mis ojos se abrieron cómo platos -Desde que te vi, supe que eras la chica indicada- Siguió Alberto mirándome nervioso -Y me encantaría preguntarte si- Miré de reojo a Alicia, ella seguía viendo esto y se comenzó a amontonar la gente alrededor de nosotros. -¿Quieres ser mi novia?- Soltó Alberto por último, esperando alguna respuesta de mi parte, mis mejillas ardían, estaba totalmente roja, no sabía que decir, sólo quería correr. -Venga, Raquel- Insistió Alberto al verme en un pequeño trance. -Alberto...- Dije tomando mi mochila, no sabía precisamente que hacer o decir -T-tengo que irme- Dije por último saliendo de aquel bulto de gente, no quería salir corriendo, simplemente fui a un paso acelerado, quería que la tierra me tragará, no sabia adónde ir. Me metí al baño más cercano y entre a un cubículo, sólo quería procesar lo que había pasado de una manera más calmada, se escucharon unos pasos y la puerta cerrarse. -¿Moni?, ¿Eres tú?- Pregunté, francamente lo único que quería era un poco de contención, no hubo respuesta alguna y los nervios comenzaron a hacerse presente nuevamente, abrí la puerta lentamente de aquel cubículo y pude ver su silueta, sus ojos mostraban la preocupación, ¿Ella me había seguido?.

"Aguantando el dolor y nunca las ganas"

A Punta de Espada//Ralicia Where stories live. Discover now