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Estaba pensando en lo nerviosa que me sentía, me estaba comiendo la cabeza, el primer año de la academia, era lo que quería desde pequeña y aunque fue un sueño hecho realidad, no me quitaba los nervios de encima. me bajé del autobús y ahí estaba yo, en frente de la academia, subí las escaleras y entré, por si fuera poco no tenía ningún amigo allí. había gente charlando, algunos riendo y hasta vi gente corriendo hacia el patio, todo era llamativo.

era la hora de entrar a la primera clase, suspire y entre al salón, era bastante grande, me senté al lado de la ventana esperando que llegara más gente.

se me acercó una chica con rulos y una sonrisa enorme. - ¿Puedo sentarme aquí? - dijo y señaló el asiento a mi lado, asentí y ella se sentó. - ¿Cual es tu nombre? - Dijo la chica acomodando sus cosas - Raquel, ¿y tú? - dije con voz tranquila. -Me llamo Monica - dijo la chica, era agradable hablar con ella, pero nuestra conversación no duró más de cinco minutos hasta que se escuchó la puerta cerrarse. era la maestra, a paso lento se dirigía a su mesón con unos libros y su cartera, miro hacia el frente con una sonrisa, cómo si nos estuviera escaneando uno a uno.

- Buenos días, me presento soy Alicia Sierra, la maestra que les va a tocar los huevos estos cinco años - dijo la maestra, una pequeña sonrisa se me escapó. - Espero que nos llevemos bien y sino, bueno - apuntó la puerta de salida - ahí esta la puerta, bien grande -

con la simple presentación que tuvo me había dado cuenta que tenía un carácter pesado. la clase pasó rápido, salí del salón junto a Mónica, ella me conversaba de su vida. - cuentame algo ti ahora - Dijo Mónica curiosa sobre mi respuesta - ¿Que quieres que te cuente? - pregunte nerviosa - Por ejemplo, ¿cuántos años tienes? - dijo Monica - Diecinueve años - dije y Monica sonrió - Estamos iguales - soltó la chica.

el día pasó lento, nos dieron un tour por toda la academia, era exactamente cómo me lo imaginaba en mis sueños. estaba fascinada, al final del tour nos dieron nuestras clases, podíamos crear nuestros horarios. antes de irme nos intercambiamos números con Mónica, ya estaba en el autobús cuando ella ya me había escrito.

Número desconocido

-Holi Raquel, soy Monica ૮ • ﻌ - ა

-Hola Mónica, ya te agende =)

sonreí y guardé mi celular, en una cuadra más era mi parada, después de bajarme, caminé hacia mi casa, cuando entré no había nadie, por suerte porque con lo exhausta que estoy no hubiese podido formular una oración coherente y pensar que casi todos los días iban a ser así. subí a mi habitación y entre a la ducha, después de la ducha que necesitaba, seque mi cabello, me puse lo más cómodo posible para después tirarme a la cama y comenzar a chatear con Mónica.

[Alicia]

el tráfico que había en Madrid siempre era kilométrico, aunque fuera de una distancia corta, aún así me demoraba horas en llegar, recibía llamadas y mensajes. - ¿Que pasa, Germán? - dije mientras miraba hacia la carretera. - ¿Donde estás Alicia?, ya deberías haber llegado hace una hora, me tuve que hacer cargo yo de Anais - dijo Germán con voz enojada - No sabia que no te tenías que hacer cargo - dije y suspire tranquilamente. - Vamos a hablar cuando llegues a casa - dijo Germán y por si fuera poco, me colgó, pasaron veinte minutos y por fin pude escapar de ese tráfico, ahora faltaba poco para llegar a mi casa cuando volví a recibir llamadas y mensajes, que desesperante. guarde el auto en el estacionamiento y baje de este, la puerta se abrió y Anais salió corriendo hacía mis brazos. - ¡Mami!, te extrañé mucho - dijo Anais con una sonrisa de oreja a oreja, por otro lado en la puerta estaba Germán, serio. -Vamos, mi amor, mami está cansada - dije dejando a Anais en el suelo para poder entrar. - ¿Donde estabas? - dijo Germán acercándose a mi. - En el trabajo - dije seca mientras caminaba hacía la cocina. - Perfecto, entonces yo tengo que hacerme responsable de Anais mientras tu no estás, ¿se cambiaron los roles o que? - dijo Germán elevando la voz. - Te recuerdo que es hija de los dos - dije aún con calma en mis palabras, mientras me servía un vaso de agua. - ¿Eso que tiene que ver? - dijo Germán, se había quedado sin argumentos y los celos comenzaron a salir - ¿Estas segura que estabas trabajando? - dijo confuso acercándose a mi, retrocedí unos pasos - ¿Donde estaría sino? - respondí. - No sé con tu amiga esa, bollera - dijo Germán - Nairobi - corregí, el día había sido muy estresante para mi cómo para soportar a Germán, tome mi cartera y subí las escaleras ignorando todas las quejas que estaba gritando desde la cocina, me estaba dirigiendo a mi habitación cuando escuche sollozar a Anais, entró a su habitación rápidamente y la observó, en su cama, recostada con lágrimas en sus ojos. - ¿Que pasa, cariño? - me acerqué y me agache a su altura, limpiando sus lágrimas. - ¿Por qué papá está enojado?, yo me portó bien - dijo Anais - Cariño, que no te importe lo que diga tu padre, cuando se le pase el enojo va a cambiar de opinión, no te preocupes - dije con voz calmada acariciando su mejilla - ahora tienes que dormir, mañana tienes clases - dije por último, parece que mis palabras hicieron efecto, la hice dormir con mimos y contándole mi día, a los diez minutos ya estaba profundamente dormida. salí de su habitación victoriosa, Germán dormía en otra habitación, así no era tan infernal vivir en esta casa. entre a mi habitación, me duche con agua caliente, tan caliente que después de la ducha mis piernas y brazos quedaron rojos. me puse mi pijama y me acosté en mi cama, tome el libro que no pude terminar hace unos días por lo desconcentrada que estaba, dispuesta a leerlo lo abrí pero a las dos páginas el sueño me pudo y caí dormida en la profundidad de mi sueño.




holaaa<3 quería hacer esto hace mucho tiempo así que espero que les guste

A Punta de Espada//Ralicia Where stories live. Discover now