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Dejó que el agua se torne de un color rojizo casi rosado y al menear el vaso un poco, veo a mi hermano.

- Está listo.

- Espero que no sepa a sangre.- Exclama el extendiendo sus manos para tomar el vaso, se lo entrego con cuidado.

- Es muy dulce, o al menos eso es lo que dijo Sanemi.

El aludido asiente levemente, tomó su mano con disimulo sintiendola fría, y ante mi tacto el entrelaza nuestros dedos.

En cuanto Sanemi llegó, había insistido a mi hermano sobre tomar mi antídoto, el tras un suspiro asintió, diciendo que Sanemi tenía que estar presente.

Pero, sanemi se encontraba realmente nervioso, en silencio justo a mi lado. Con un rostro neutro, casi sin moverse, era como una estatua.

- Eso es cierto sanemi?- pregunta mi hermano.

- Así es, Oyakata sama....es como beber agua con azúcar.- Mi hermano asiente levemente y olfatea el vaso.

- Tómalo de una vez.- Gruño impaciente, Sanemi a mi lado aprieta mi mano sorprendido. A veces olvidaba que el no estaba acostumbrado a que tratará de manera informal a su jefe.

- Jia!

- Está bien sanemi, solo estoy molestándola.- Suelta una débil risita.- Ella es muy fácil de enfadar.

- Si, ya me di cuenta.- comenta a mi lado, ruedo mis ojos viendo cómo Kagaya finalmente bebé el líquido.

Amane a su lado se mantiene alerta, nos quedamos en silencio cuando aleja el vaso de sus labios y carraspea.

- ¿Y?- pregunto nerviosa.

- Tiene razón, sabe a azúcar.

Me remuevo inquieta en mi lugar, sanemi aprieta mi mano.

- ¿como te sientes?

Para mi sorpresa, y horror. El vaso resbala de sus manos cayendo al suelo, me levanto de golpe asustada. Pero entonces, le escucho reír.

- ¡Por todos los cielos! Jia! ¡El dolor de mi garganta ha dejado de doler!- exclama con fuerza.

Kagaya antes tenía una voz fuerte y gentil, pero desde que enfermo, su voz se había vuelto susurrante y como gotero, sus palabras eran lentas. Y no podía terminar una oración sin toser sangre.

- ¿E-enserio?

Amane se acerca a él con cuidado, y tras pedirle permiso, revisa el interior de su boca. Abre sus ojos con sorpresa y me mira con pesar.

-¿ Seguro de que no sientes nada?

- En lo absoluto.- mueve sus muñecas en círculos y sonríe, siento un escalofrío al ver sangre entre sus dientes.- Me siento como nuevo.

Sin embargo, eso no se veía así.

Tras un chequeo rápido, decidimos dejarlo descansar, con la excusa de que necesitaba reposar.

Sanemi hizo ademán de salir de ahí conmigo, pero Kagaya le pidió que se quedará con él un rato más, el me mira atento.

- ¿Estarás bien?- pregunta.

- Si...- acaricio su mano, para después ver a Kagaya.- Compórtate hermano.

- Si él sabe luchar, no creo que necesite comportarme.- Sonríe de manera divertida, ruedo mis ojos y salgo de ahí tras Amane.

Dirigiéndonos a la cocina, Amane y yo, nos sentamos en la mesa de centro , ella pronto se derrumba y comienza a llorar, tomó sus manos.

- Tu sangre, le quitó el dolor, pero sigue herido, las llagas de su garganta se siguen reventando...- su voz se rompe, pero sonríe, un gesto desgarrador que me remueve el corazón.- Pero, hacia mucho que no escuchaba su voz tan...viva.

The First.Where stories live. Discover now