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Abri los ojos y pronto los cerre al sentir que algo quemaba mis retinas, un chorro de agua me hizo sobresaltarme y alejarme de ello.

— ¡Reacciona maldicion!

Esa voz.

— ¿Sanemi?

Parpadeo queriendo enfocar mi mirada y pronto noto el rostro marcado del peliblanco, lo escucho suspirar y sentarse en el suelo.

— Mierda, ¿por que no me esperaste donde dijiste? ¡estuve horas de pie como estupido esperandote!

Tras poder enfocar y tratar de conectar lo que sucedía en mi cerebro, note  que me encontraba fuera de aquella casa, que ahora  estaba hecha pedazos, observo mi cuerpo  manchado de lodo y con bastantes heridas en los brazos.

— ¿Como me encontraste?

— Te escuche. - Tomo de un balde agua con un cuenco y tomando mi brazo, dejo caer agua en mis heridas, ante el ardor me queje. A él poco le importo.— Me asuste como la mierda al ver que ese demonio comenzaba a comerte viva.

Un escalofrió me recorrió entera al notar que aquellas heridas eran dientes. Sentí mi estomago revolverse y alejándome de el, vomite todo lo que había comido a un lado de la tierra.

— ¿Lo mataste?- pregunte entre jadeos.

— Si.- me paso un pañuelo y me limpie la boca con eso.— Su técnica de sangre fue realmente jodida y cruel... afortunadamente se había desgastado contigo cuando llegue, por eso pude acabarlo.

Cerre mis ojos con fuerza.

— El de alguna forma logro entrar en mi mente. Se hizo pasar por alguien...mi prometido.

Me puse de pie tambaleante, lleve una mano a mi cabeza, realmente mareada.

— ¿El murió?

— Si.- logre estabilizarme y suspire.— No quiero hablar de eso, solo quiero dormir por horas, ¿elegiste un buen hostal?

— A las afueras del pueblo.

Tome mis cosas y comencé a caminar.

— Andando, ya no quiero estar aquí cuando anochezca.

****

Apesar de estar cansada, no podía dormir. En realidad, tenia miedo de hacerlo, ni siquiera me había animado a apagar la vela que iluminaba la habitación temiendo escuchar de nuevo la voz de Haru.

Las palabras de ese demonio resonaban en mi cabeza, y estando tan triste y desesperada, no podía quedarme sola con mi mente. Era realmente perturbador.

Me levante y me lleve la vela hacia afuera, justo en una banca que era iluminada por la luna intensa de esa noche.

— ¿Estas bien?

Doy un brinco al escucharle y me encuentro con sanemi acercandose, me abrazo a mi misma apretando los labios, sin poder responder.

— No me burlare si admites tener miedo. Estuviste horas en ese lugar, a oscuras. Hasta yo tendría miedo.

— ¿Tú?- alce una ceja al verle sentarse a mi lado, justo en el suelo.— Recuerdo que atrapaste una serpiente con tus propias manos. ni te inmutaste cuando se enrosco en tu brazo.

— También lo recuerdo, gritaste mucho esa vez.- su voz sonó burlona.

— En mi defensa, las serpientes me dan mala espina.

— Algunas son bonitas y dóciles.

— ¡En tus sueños.!- exclamo incrédula, le escucho bufar, pero sonó más como una risa.

— La oscuridad es peor que las serpientes.

No pude contradecirlo, ya que en esos momentos, sentía que era verdad.

Nos quedamos en silencio viendo la luna, la vela se consumio con el tiempo. Debido al cansancio comence a cabecear, luchando con el sueño.

— Ve a dormir.- dijo él. abri mis ojos y negue.

— Estoy bien.

— No lo estas, debes descansar para continuar con la mision.

— No quiero dormir.

Le escuche suspirar.

— En mi habitacion, la luz de la luna entra mucho. a mi me molesta, si quieres podemos cambiar de habitacion.

Le observo esperanzada,  pronto niego. pero un bostezo me interrumpe.

— Solo por esta noche.

El se pone de pie y me espera para caminar hacia su habitacion. Al llegar noto que la luna iluminaba el lugar donde estaba su futon. Sanemi toma sus cosas en silencio.

— Nos vemos mañana.

— Gracias, Sanemi.

El simplemente asiente y se retira de aquel lugar en silencio.

Me recuesto en su futon, y pronto el aroma de el invade mi nariz, cierro los ojos con fuerza y llevo **la manta a mis labios queriendo esconderme del mundo entero.

Con ayuda de la tenue luz blanca de la luna, el calor de las sábanas y el olor familiar de Sanemi, pude lograrlo en menos de diez minutos.

****

— Cuando nos casemos, viviremos en una hermosa casa, muy grande. Para mi familia y para la tuya.

— No creo que mi familia quiera vivir con nosotros.

— También sería incómodo, y molesto tener a Genya ahí.- Sopesó Sanemi pensativo.— Cambio de planes, tu y yo viviremos solos, lejos de los maltratos y el hambre.

¡Será la casa más hermosa que hayan construido!

Pondremos flores en las ventanas.!- Exclamó entusiasmado.

¡Y tendremos un perro!- grito con entusiasmo, volteo sonriente.— Seremos muy felices.

Él me sonríe y entrelaza nuestros dedos.

— Obtendremos la vida que merecemos.

***

Desperté abruptamente con la respiración agitada, mi cuello sudaba mojando mi cabello y mis manos temblaban, limpie mis ojos de las lágrimas que me habían invadido.

¿Por qué había soñado con eso? Era un recuerdo del pasado. El pasado que compartía con sanemi.

Pero, ¿Por qué había soñado con él? ¿Por qué después de tanto tiempo, había soñado con sanemi?

NO COPIAS NI ADAPTACIONES

MAJO

The First.Where stories live. Discover now