Capítulo 27

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Cuando tenía unos quince minutos conduciendo para ir a cazar, Namjoon y Hoseok estaban bromeando. Taehyung, se veía muy concentrado en algo, de pronto se quedó totalmente en blanco, pero pude ver el rostro ansioso de Jimin antes que desapareciera.

Pisé los frenos con fuerza, deteniendo el auto en seco.

— ¿Qué demonios, chico? —protestó Namjoon. Yo lo ignoré y fijé mis ojos en los de Taehyung. Kim fue la única palabra que apareció en su mente.

— ¿Jimin está con un Kim? —mis labios no se movieron, el miedo y la preocupación se apoderaron de mí.

Los dientes de Namjoon chocaron con fuerza, Hoseok gruñó. Giré el auto haciendo que las llantas protestaran.

— ¿Creo que el mejor lugar para buscarlo es en territorio de los Kim? —Hoseok empezó a hacer estrategias mentales. Sabíamos que Bo Min y su manada de protectores estaban muertos, lo cual dejaba al lugar indefenso y aunque estuvieran vivos no dudaría dos veces en matarlos con mis propias manos si ellos le han tocado un solo cabello a Jimin.

—No podemos romper el acuerdo—susurró Taehyung, aun con los ojos cerrados y tratando de buscar algo que pudiera guiarnos a Jimin.

—Al demonio con el acuerdo—rugió Namjoon haciendo vibrar el marco de aluminio del auto.

—Vayamos primero a la tienda Park, él puede saber algo—replicó.

Pasé como un bólido frente al almacén de Park. Me estacioné a una distancia segura y Taehyung, saltó del Jeep y se dirigió a la tienda. Yo monitoreaba todos los pensamientos. Hoseok y Namjoon decidieron seguir a pie para ver si podían captar el olor de Jimin cerca de la línea del tratado.

— ¿A qué te refieres con que Jimin no trabaja los miércoles? —la voz de Taehyung subió dos octavas.

¿Nos había mentido? ¿Por qué tendría que mentirnos? ¿Por qué tendría que mentirme? Salté del auto en cuanto Taehyung salió de ahí.

—Voy a buscarlo—le dije antes de perderme en el bosque y ponerme a correr. Seguí la línea de la carretera hacia Yeongdo-gu, me crucé en un par de ocasiones con los aromas de Hoseok y Namjoon. En una de las carreteras colindantes se escuchaba el rugir de un motor, parecía una motocicleta, no le hubiera prestado mayor atención a no ser por un pensamiento que me golpeó con fuerza, era como si me hubieran estado gritando. La imagen de Jimin estaba protagonizando otra fantasía adolescente, de pronto el llamó la atención del chico y este despertó de su ensoñación. Mis dientes se cerraron audiblemente y rompí el árbol junto al que me detuve.

Es demasiado bonito, seguro no puedo competir contra su "novio" y su reluciente auto, pero, el disfruta hablar conmigo y además esta impresionado por lo rápido que arregle las motos.

Corrí lo más rápido que mis pies me llevaran, cuando lo vi alejarse en esa máquina mortal atreves de los ojos del chico. La ira empezó a bullir dentro de mí a mayor rapidez.

Ese niño malcriado me iba a escuchar. Llegue al límite de los árboles para verlo salir de la curva. Por su rostro pasaron varias expresiones desde tranquilidad a sorpresa, impresión y miedo.

La maldita moto zigzagueo antes de brincar lanzándolo por los aires cuando golpeó con una piedra en el camino. Yo, ya había empezado a correr hacia el cuándo lo noté. Si algún humano hubiera estado cerca no me hubiera visto. Salté sobre la moto y lo tomé en mis brazos protegiéndolo de cualquier golpe peor del que recibió cuando chocó contra mi pecho.

Miró hacia arriba y se encontró con mis ojos que se reflejaban en los suyos y me mostraban que estaban negros con la furia. Tragó en seco.

—Park Jimin—podía sentir el rugido que se formó en mi estómago y salió mezclado con las palabras.

El corazón de Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora