Capítulo 19

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—Jungkook, ¿estás bien? —me dijo mi ángel poniendo su mano sobre la mía que estaba en el volante. — ¿dije algo que te molesto?

—No amor... es solo que hace muchos años vivimos cerca de Busan—le dije con sinceridad.

—¿Hace cuantos años? —me preguntó ansioso de conocer más información.

—Fue antes que Taehyung y Hoseok se nos unieran. El asunto es que nos encontramos con unos nativos que eran hombres lobos—le dije y lo miré por el rabillo del ojo.

—¿Existen los hombres lobos? ¿Por qué nunca me dijiste? —pude notar un leve tono de enojo en su voz.

—Nunca lo preguntaste amor y antes no había necesidad de decírtelo. —le dije suavemente no queriendo despertar su temperamento de gatito enojado. Sus labios se fruncieron y luego suspiró.

—Cuéntame toda la historia. —me pidió y así lo hice. Le expliqué de nuestro acuerdo y de cómo ambas partes habíamos llegado al acuerdo. Jimin se mantuvo silencioso durante todo ese tiempo. —Eso significa que yo tampoco puedo ir a ese lugar—dijo con convicción.

—Tú si puedes ir, amor. Eres humano y la estirpe de Kim Bo Min murió con él; ya no hay hombres lobos en Yeongdo-gu; puedes pasar el día en la playa con nuestros compañeros, solo ten el celular siempre contigo y trata de no hablar con los nativos si te encuentras uno—le dije pensando en un nativo en particular.

—Pero... ¿tú que harás? —me preguntó mordiéndose el labio.

—Jimin... tienes dieciséis años, ve a divertirte con amigos de tu edad. Yo iré a cazar en los alrededores con Nam y Hoseok. Solo prométeme que serás muy cuidadoso—le supliqué.

—Pensé que me prohibirías acercarme a la playa... esto es raro—dijo riendo.

—Jimin, ahora soy tu novio. Creo que tendré que cederle parte de la autoridad a Joo Won. Se vería muy raro que te dijera que hacer o no, incluso se vería mucho más raro si te tuviera que castigar. ¿No lo crees? —le dije acariciando sus nudillos con mi pulgar. Me encantaba ver la sonrisa que se expandía sobre su rostro cada vez que decía que era su novio.

Jimin se durmió a los pocos minutos, manejé de regreso mucho más tranquilo, todas las fichas estaban encajando en su lugar, solo quedaba una al azar y no quería pensar en ella hasta que fuera el momento.

Llegamos a Busan en noche, saqué a Jimin con cautela e inhalé el aroma que los nómadas dejaron cuando caminaron por el jardín. Taehyung había tenido la visión de ellos captando nuestro aroma y lo habían seguido hasta la casa por curiosidad. Cuando notaron que la casa estaba vacía se alejaron.

Subí las escaleras con él en brazos, Jin me lanzó una mirada fría y yo la ignoré, a pesar que frente a Jimin no decía nada de nuestra relación, cada vez que tenía oportunidad me amenazaba mentalmente. Lo recosté en la cama con cuidado y le saqué los zapatos antes de subir a la cama con él. Lo rodeé con mis brazos y en cuanto su cabeza descansó sobre mi pecho ambos suspiramos contentos.

No tardó mucho en empezar a hablar en sueños, adoraba escuchar lo que tenía por decir y sobre todo como suspiraba mi nombre.

La mañana siguiente llegó y no pude evitar despertarlo con un beso en sus dulces labios. Jimin se giró y metió la mano bajo su almohada para comerse la menta que guardaba allí todas las noches, yo solo rodé mis ojos y esperé a que el volviera a posar sus cálidos y tersos labios sobre los míos.

—Jungkook...—Jimin gimió mi nombre cuando soplé mi aliento entre sus labios, mi lengua tocó la suya con cuidado de no dejarla estar cerca de mis filosos dientes. Una de sus manos fue a mi cabello y la otra bajo mi camiseta. Siseé ante la exquisita sensación.

El corazón de Jeon JungkookWhere stories live. Discover now