Capítulo 22

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Estaba molesto conmigo mismo, no podía creer que me centré tanto en los pensamientos del maldito de Yu Bin que no me di cuenta cuando Jiang saltó para detenerlo. Solo recordar que lo deje acercarse tanto a mi ángel como para que cuando moviera una de sus piernas luchando por soltarse de mi agarre, golpeara a Jimin fracturándole la pierna, me hacen tener ganas de revivirlo para volverlo a despedazar con mis manos. Si no hubiera sido porque Jiang se rindió y habló calmadamente con Joo Won, también lo hubiera despedazado a él, por su intromisión.

Al menos ya había vengado la muerte del creador de Taehyung y evitado que cumpliera su amenaza mental de hacer con mi Jimin lo que no pudo hacer con Taehyung por culpa de aquel vampiro que estaba enamorado de él y lo transformó para salvarlo. Al menos había podido leer sus pensamientos y ver los relámpagos de recuerdos que llegaron a su mente en los breves minutos que estuvo contemplando su plan de ataque.

Sabía que la mujer intentaría atacar en algún momento, pero tendría que pasar por encima de mi pila de cenizas para poder acercarse a mi ángel. Por suerte contaba con Taehyung, quien no dejaría de vigilar todas y cada una de las decisiones que Ziyi tomara con respecto a nosotros.

Ahora estábamos sentados en la sala de espera de radiología mientras le tomaban una placa de su pierna a Jimin. Estaba impaciente escuchando todos y cada uno de los comentarios de los médicos que lo atendían.

Namjoon, me distraía de vez en cuando, aun molesto porque Jiang no se metió, dejándolo sin haber podido participar de la diversión. Escuche al radiólogo decirle a Joo Won que por suerte había sido una fractura limpia. Si claro... por suerte, pensé con sarcasmo.

En cuanto la puerta de radiología se abrió y pareció Joo Won empujando a un muy molesto Jimin en una silla de ruedas, estuve a su lado lo más rápido "humanamente" posible.

—Todo está bien Jungkook. Le pondré a Jimin un yeso en la pierna y estará como nuevo en unos dos meses. —me dijo mi padre y Jimin bufó enojado.

—No Joo Won, nada está bien. Tendré que andar en muletas durante dos meses. Dime, ¿Cómo se supone que me voy a bañar? Me van a tener que llevar cargado a todos lados—se quejó haciendo un puchero muy sensual. Tan sensual que no me pude resistir y capturé sus labios brevemente, logrando que apareciera una sonrisa en su hermoso rostro.

—Eres un ángel y los ángeles no deb...

No deben caminar. Sí, sí ya lo hemos oído antes, Romeo—me cortó Namjoon exasperado. Yo rodé mis ojos y acompañé a Jimin para que le pusieran el yeso. Joo Won, le puso uno de color azul, pensando que de esa manera al menos no estaría tan enojado de llevarlo. Jimin desde pequeño ha tenido una seria renuencia a otro color que no sea ese, prefiriendo todo en azul, creo que mucha parte de eso es culpa de Taehyung y Jin quienes siempre querían vestirlo como un muñeco, por suerte para mí el color azul es el que más me gusta verle puesto.

Cuando llegamos a casa, Jimin, estaba un poco adormilado por el medicamento que Joo Won le había dado, lo acuné contra mi pecho mientras dormía, no me atrevía a dejarlo solo ni siquiera para estar con mi familia cuando llamaron a Hak Joo para informarle sobre la visita de Jiang. Mientras esperábamos en el hospital por Jimin, yo hablé con Yoo Na sobre eso, pero era mejor que el único hombre del clan estuviera bien enterado, aun no sabíamos si podíamos confiar en Jiang o no.

La primera semana de recuperación de Jimin, fue algo difícil. Jimin, no estaba de muy buen humor y la verdad nadie sabía por qué, pero yo sospechaba que era por las constantes bromas de Namjoon. Yo lo llevaba en brazos a todas las clases, lógicamente Jimin se quedaba muy sonrojado cuando sentía la mirada de sus compañeros. Jin lo avergonzaba sin intentarlo, recordando en voz alta cuando lo ayudaba a bañarse, todos los dulces momentos que pasó con el cuándo lo bañaba de bebé.

El corazón de Jeon JungkookWhere stories live. Discover now