Capítulo 10

11.6K 1.2K 288
                                    

El tiempo había transcurrido para nosotros en Hadong, ahora estábamos en agosto de 2002, el pequeño Jimin pronto cumpliría siete años. Por una parte, estaba triste de dejar a sus dos únicos amigos, pero por otra parte estaba emocionado de empezar una nueva aventura como el llamaba a nuestra mudanza. Habíamos tenido que acortar nuestra estancia en Hadong, por qué Joo Won tuvo que atender a un doctor que trabajo con él hace años quien empezó a decir lo mucho que Joo Won se parcia a su abuelo.

Nos dirigiríamos a Yeongju cerca de Sunheung, para poder usar el clima a nuestro favor.

Esta vez viajaríamos todos en avión, enviamos los autos hace unos dos días, para que estén allá cuando lleguemos. Namjoon, estaba algo emocionado pensando que de pronto Jimin podría ir al colegio con algún familiar suyo. Después de todo él había tenido hermanos cuando era humano.

La despedida de Jimin de sus amigos fue algo emocional, el pequeño por suerte era muy maduro para sus casi siete años, lloró un poco, pero consiguió animar a sus amiguitos diciéndole que les escribiría, aunque él sabía que les estaba mintiendo, una vez nos mudáramos el rompería todo contacto con ellos. La semilla del mal, mejor conocida como Jackson, me lanzo unas indirectas... bueno fueron bastantes directas para ser sincero. Diciéndome que me llevaba a Jimin lejos porque yo sabía que Jimin no se iba a casar conmigo si seguía con él. La casa rompió en risas, mientras lo único que yo quería era romperle su cuello.

Jimin ahora iba para cuarto grado de la escuela. Se estaba convirtiendo en todo un niño grande, a su sonrisa le faltaban cuatro dientes, pero, aun así, es la sonrisa más hermosa que he visto jamás. Lo estaba observando nadar con Namjoon, ya habíamos terminado de empacar, dejando fuera únicamente los libros que estábamos leyendo. Jimin ahora estaba muy metido en Harry Potter, mandamos a comprar el libro a Inglaterra porque en Corea no sale hasta el primero de septiembre y el siendo un pequeño ratoncito de biblioteca estaba ansioso por leerlo después de escuchar tan buenas críticas.

—Jimin, no te rías mientras nadas recuerda que no tienes dientes y te puedes ahogar. —le dijo Namjoon riéndose tan fuerte que replicó en las paredes.

—No me molestes—le dijo haciendo un gracioso sonido cuando pronuncia la "s" porque el aire se escapaba entre sus dientes.

—Si no dejo de molestarte qué? ¿Me vas a hacer el ataque de la babita? —dijo burlándose y él le hecho agua en la cara, mientras trataba de seguir a flote con sus flotadores de brazos.

—HOBI! —el grito con una expresión presumida y Namjoon abrió mucho los ojos. —Le diré a Hobi y a Jungkook que te sostengan mientras te hago comer una pizza de anchoas entera. Eso es lo que hare—le dijo sacándole la lengua.

—Pequeño demonio—le dijo antes de desaparecer bajo el agua para reaparecer al lado contrario de la piscina justo cuando Hoseok se lanzaba como bola de cañón al agua, para rescatar a su niño en desgracia.

Namjoon salió de la piscina y llego a mi lado mientras lo veía susurrarle al oído a Hoseok.

¿Estás seguro que sus padres eran humanos? No puede ser tan maquiavélico de ser así. Pensó Namjoon recordando la última vez que Jimin planeo hacerle una travesura. Namjoon se había burlado de el porque se quedó dormido sobre él mientras jugaban Killer Instinc Gold en el Nintendo 64 y lo babeó un poco. Desde ese día le había dicho que él había desarrollado una técnica llamada el ataque de la babita.

Jimin hizo que Hoseok y Jin lo obligaran a ver una maratón de cuarenta y ocho horas ininterrumpidas de videos de Barney. Para las primeras veinticuatro horas, Namjoon hubiera llorado si hubieras podido.

Llego el día que nos mudaríamos y los que quedamos nos fuimos al aeropuerto. Namjoon se divirtió en este viaje ya que en pocas oportunidades habíamos salido a pasar tiempo con los humanos. Las azafatas como siempre demasiado "amables" hicieron que Jimin les lanzara la "mirada del mal" como la nombro Namjoon. Cada vez que Jimin notaba que alguna me hacía ojitos o me sonreía demasiado, el entrecerraba sus ojitos para lanzarles dagas con los ojos, sus labios formaban una tensa línea y se sentaba en mis piernas para seguirlas mirando así hasta que decidían irse. Cuando Hoseok le bromeó sobre su comportamiento, el solo le respondió que yo era de él y no pensaba compartirme; cosa que plasmo una sonrisa idiota en mi cara durante todo el viaje sin saber por qué.

El corazón de Jeon JungkookWhere stories live. Discover now