Cuando la luna encuentre su lugar. [✓]

18. Two Of Us

TWO OF US

Entro en casa y sorprendentemente no hay nadie. Me meto en mi habitación y veo el libro que me ha dado Elena esta mañana. Me siento en la cama y empiezo a leer la primera página, para matar el tiempo.

No puedo dejar de leer hasta la última.

Cuando llego al final, apenas puedo leer por las lágrimas. Estaba tan metida en la historia que ni siquiera me he dado cuenta de cuándo me he movido al sofá. Paso las páginas rápidamente y suspiro. Apenas puedo contener las lágrimas de nuevo cuando me fijo en que está basado en la vida real. ¿De verdad alguien hizo eso? ¿Leyla existió?

Me pongo en pie rápidamente y cojo el móvil. Pongo en el buscador el nombre de Leyla Grey. Salen miles de resultados. Hay cientos de artículos sobre lo que Leyla hizo, y sobre Marco, su novio. Hay algunas fotos de ella, pero me sorprende descubrir que no hay casi ninguna de él, y en las que hay no se distingue la cara. También hay muchas fotos de un teatro, pero no sé si es el mismo que se describe en el libro. Las fotos son preciosas, pero él sigue sin salir en ellas.

Fijo la mirada en la pared frente a mí. Cierro los ojos. ¿Cómo? Eran perfectos juntos...

Me paso las manos por la cara. Me pongo en pie y miro la hora. Son casi las diez: la hora a la que he quedado con Nox.

Corro al baño y me peino como puedo, me hago un moño desenfadado y voy a toda prisa a por mi ropa. Cojo de mi bolsa un vestido rojo oscuro de tirantes y sin escote que Kait me obligó a meter mientras hacía conmigo las maletas.

Vuelvo al baño y me enfundo en el vestido. Me queda bien, se ajusta a mis escasas curvas y el color me favorece, pero no es algo que suela llevar.

Estoy a punto de ponerme otra cosa cuando llaman a la puerta. Voy a abrir y me encuentro con Nox. Al verme alza las cejas y me mira de arriba abajo un par de veces. Abre la boca para decir algo, pero las palabras no salen de su boca. Me mira de nuevo de pies a cabeza antes de volver a mi ojos. Traga saliva, y yo para este momento ya siento que estoy completamente roja.

—Hola... —me río, haciendo un gesto ridículo con la mano.

¿Por qué estoy tan nerviosa?

«Porque tienes a Nox delante.»

Se humedece los labios y sonríe de lado, sin apartar sus ojos de los míos.

—Hola —susurra.

—¿Vamos a llegar tarde? —pregunto, sabiendo la respuesta: necesito matar este silencio.

—Para nada..., vengo por aquí para... para ver si estás lista, pero no porque estés... tardando.

—Bien. Solo tengo que maquillarme... —Intento entrar en casa para maquillarme un poco, porque todavía tengo rastro de lágrimas.