6. Mi secreto

24 5 0
                                    

MI SECRETO

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

MI SECRETO

—¡Venga, es hora de despertarse!

Gruño cuando Lolo me lanza una almohada a la cara. Me tapo con ella los oídos cuando pone música a todo volumen. Me quejo de nuevo.

—Nox, venga ya, no me hagas sacarte a la fuerza.

«¿Esto no es a la fuerza?»

Claro que no, él se refiere a tirarme al suelo. Aun así permanezco en mi cama, con la almohada amortiguando su voz.

—Bueno, vamos a probar otro método. —Da una palmada y yo me aferro con toda mi fuerza al colchón para que no me separe de mi cama. Espero a que me tire al suelo, porque tiene mucha más fuerza que yo, pero en vez de eso se sienta a mi lado—. Es tu decisión, pero yo no haría esperar a Lea...

Me siento de golpe. Tan de prisa que incluso me mareo durante unos instantes. Cuando las manchas negras desaparecen de mi campo de visión, miro a mi mejor amigo a los ojos. Él sabe perfectamente lo que le estoy queriendo decir con la mirada.

—Claro que irá, idiota. No parece que le guste mucho estar dentro de casa.

No, la verdad es que no. Y yo sé por qué, aunque solo la conozca desde hace unas horas. Tan pocas horas y ya le he mentido.

No hablo con ella porque sea la única que no me mira raro. Fue una fuerza incontrolable la que me llevó a hablar con ella en la piscina, como si mis pies se movieran solos. Y no me arrepiento de elegirla. No me arrepiento de haber decidido empezar a hablar de nuevo, precisamente porque ha sido con ella.

Es especial. Hay algo en ella que lo dice a gritos. No es solo su cabello pelirrojo, o sus ojos verdes que cambian de color con la luz, o su cara llena de pecas que lo primero que me provoca es dibujar constelaciones entre ellas. Lleva algo en su interior mucho más importante, más allá del físico, que hace que brille a mis ojos, por encima del resto.

—¿Nox? —Lolo me pasa una mano frente a la cara—. Te has quedado embobado otra vez. ¿Nox? ¿Has vuelto ya al mundo real? —Sacudo la cabeza y asiento lentamente, respondiendo a su pregunta—. Bien, pues venga, vístete. Yo voy yendo a preparar las cosas.

Sale por la puerta de la casa y me deja solo. Cualquier otro día me metería de nuevo en la cama, hasta que quedaran cinco minutos para que empezara mi turno; pero hoy tengo ganas de levantarme y pasar directamente al momento en el que la veo. Tengo prisa por llegar a ese instante.

Nunca me había sucedido esto con nadie.

Salgo de la cama y corro hasta el baño. Me paso la mano por el pelo un par de veces para peinarme y me pongo la camiseta amarilla del complejo.

Cómo odio esta camiseta.

Me pongo un bañador azul cielo, por si me toca turno de socorrista.

Cojo una galleta de la caja que me trajo ayer mi tía y salgo corriendo por la puerta. Casi me tropiezo y recuerdo que no llevo zapatos. Maldigo para mis adentros mientras vuelvo a mi casa para coger unas chanclas. Esta vez sí salgo corriendo calle abajo hasta el bar. Entro a trompicones e intento parecer tranquilo cuando aparezco frente a todos. Incluída ella.

Cuando la luna encuentre su lugar. [✓]Where stories live. Discover now