|L l u v i a D e E s t r e l l a s|

18 4 14
                                    

═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════

Me quedo unos segundos en silencio, mirándolo fijamente, analizando la situación una y otra vez, intentando comprender su postura. Niego con la cabeza varias veces, molesta y herida.

— ¿Sabes qué? —murmuro después de un rato, moviendo mi pie frenéticamente. — Vete al infierno, no te voy a estar rogando para que me dirijas una miserable mirada. Madura de una buena vez, deja tus rabietas a un lado. — espetó molesta, sostengo con fuerza mi mochila sobre mi hombro y salgo de la casa, con él siguiéndome de cerca.

—Emma... — hace el vago intento de excusarse.

—Solo tres palabras, Ethan; Vete al demonio. — lo callo. Me da una mirada dolida, sin embargo, no me quiebro, no le muestro lo afectada que me encuentro. Sin hacerle más caso, me subo en la caminera y conduzco hasta el instituto. El camino es eterno y no me molesto demasiado en elegir un buen lugar para estacionarme.

Bajo del vehículo dando un fuerte portazo, algunas personas me miran unos segundos antes de volver a lo que estaban, no les prestó atención, simplemente continuó mi camino hacia el interior de la escuela.

No demoró demasiado en encontrar a las chicas en uno de los pasillos principales, al verme me sonríen y me hacen una seña para que me acerque, antes de tomar una postura sería, Lía se mantiene al margen, revisando su celular de manera vaga.

— ¿Ustedes también piensan ignorarme? — les pregunto al llegar, la chica de cabello amarillo niega al par de la castaña, confundida.

— ¡Tú nos has estado ignorando! — dicen a la par, las miro sin entender, la castaña es quien continua. — No respondías nuestras llamadas ni mensajes. ¡Nada! Desde ayer en la tarde. ¡Estábamos preocupadas por ti jovencita! ¿Algo que decir al respecto?

— ¡No! — chilló, sobresaltado a algunos estudiantes. —Perdí mi celular. — cierro los ojos con fuerza, maldiciéndome mentalmente.

—Me compadezco de ti amiga. — Dice Iliana, soltando un "Tss" — Nunca lo encontraras. Lo digo por experiencia. Yo que tu empezaba a ahorrar para comprar otro. — me da la mala noticia.

— Lo dudo mucho. — dice la pelinegra, sin apartar la vista de la pantalla, ¿Qué hará? Solo ella tiene la respuesta, no deja de teclear de forma rápida y constante. Algunas veces se detiene unos segundos antes de continuar.

— ¿Qué parte? — inquiere Amanda.

—Qué no recuperará su celular, claro que lo hará. Es lo más seguro, las probabilidades son noventa y nueve punto noventa y nueve. —hace saber.

— ¿Cómo...? — no termina de formular la pregunta cuando la respuesta llega tocando mi hombro varias veces y diciendo mi nombre.

—Emma. — giro y lo primero que miro son los ojos verdes de Drake mirarme fijamente antes de darles una mirada a las chicas. — Me la robare un segundo, enseguida se las regreso.

—Toda tuya, campeón. — dice Iliana. Ahora soy yo quien toma su brazo y lo estiró en dirección opuesta a donde nos encontrábamos.

— ¿Qué ocurre? — le pregunto en voz baja. Miro a Ethan pasar frente a nosotros y mi rabia aumenta cuando ni me dirige la mirada, solo ríe.

—Tu celular estaba en la pastelería, tienes suerte de que fuera mi madre quien lo encontrara. — me cuanta. — No lo toque más que para agregar mi número. Estuvo sonando durante un buen rato. No conteste ninguna llamada, ya sabes... privacidad. Aunque pudo haber sido una emergencia... lo siento.

—Está bien, gracias por guardarlo, no me di cuenta hasta hace un momento que no lo tenía. Creo que no es nada importante. — reviso el historial de llamadas. — Son solo las chicas, preocupadas. — miro de reojo hacía Ethan, quien está hablando con Lía de manera calmada. Al parecer a ellas no las ignora.

Perfectamente ImperfectosWhere stories live. Discover now