Midnight Memories [Español]

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Advertencia: contenido +18

Mariposa por mi diosa 🦋

SANMY

       Cuando Calum menciono lo de  ver una película al parecer de verdad se estaba refiriendo a sentarnos en su sala increíblemente minimalista a ver una película sobre teorías conspirativas.

Resulto que no era una especie de señal para continuar lo que dejamos en el ascensor.

Trato de fingir que no estoy decepcionada.

Me cruzo de brazos y lo  miro de reojo. Su cabello rubio está desordenado y se ve bastante concentrado en lo que cuenta el tipo de la televisión, sus cejas se fruncen cada vez que no entiende algo de lo que dicen en el documental.

Como lo detesto.

—¿No te gusta la película? —pregunta sin despegar la mirada de la pantalla—. La escogí para ti, te gustan estás cosas.

Si dices esas cosas no te puede detestar en paz.

—Me harte.

El se gira a verme confundido y no le doy tiempo para que formule su pregunta. Arrugo el cuello de su camisa  entre mis manos para atraerlo a mi para poder besarlo. De forma rápida capta a lo que me refiero y me toma de las caderas para dejarme sobre su regazo.

El beso no tarda en subir su ritmo, nuestras lenguas iniciando una batalla para ver quién gana el control. Llevo mis manos hacia su cabello y tiro de él haciéndolo jadear, sonrío al ver cómo sus pupilas están dilatadas y sus mejillas rojas por el calor que nos envuelve. Sus manos serpentean  por mi cuerpo hasta acabar en mis muslos, presionando mi cuerpo  hacia abajo para sentir su erección contra mi centro.

—Sammy...—habla con la voz entrecortada cuando muevo mis caderas de forma circular.

Muerde su labio inferior con fuerza y bajo una de mis manos hacia su mandíbula para sujetarlo, rozo nuestros labios al mismo tiempo que una sonrisa cubre los míos.

—¿Quién es el necesitado ahora, cactus?

La respuesta de Calum es hacer que sus manos acunen mi culo, me mueve contra él a su antojo haciendo que la costura de su pantalón se apriete justo en mi clítoris, apenas cubierto por la tela de mis bragas debido a que mi falda se subio hasta mis cadera. No logro acallar el gemido lastimero que escapa de mi garganta cuando comienzo a sentir de nuevo ese calor en mi abdomen.

—Creo que sigues siendo tu, Samantha.

Gruño, fastidiada.

—Oh, cállate mejor.

Ríe contra mi cuello haciéndome estremecer, sus labios no tardan en besarlo y rozar sus dientes contra la piel de ahí. Calum sabe que es una parte sensible de mi cuerpo, se aprovecha de eso. Aunque no es como si me quejara.