Desafío #48: Resultados

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Bonna nait, sensuales seguidores

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Bonna nait, sensuales seguidores.

Antes de que termine el miércoles les traemos los resultados del desafío de la semana pasada, en esta oportunidad, tendremos dos ganadores.

Nos leemos el viernes con un próximo desafío.

*La forma en la que se muestran los participantes no tienen un orden en específico.

***

Constance_Blew

Alerta de cliché: ella no es como las otras chicas. No me juzguen, me explico.

Existe un obstáculo de por medio que me obliga a tragarme todo mi orgullo y temores, para acercarme a la única persona que me puede ayudar.

El conserje.

Vale, no cualquier conserje. Su padre. Pero, teniendo en cuenta que soy una persona importante por aquí, me aterra la opinión ajena.

No sé qué sería peor: burlas sobre que hablé con el conserje o que esté realmente enamorado de su hija, la sorda.

Literalmente sorda.

Admiro que tenga la valentía que no cualquiera posee y saque adelante una carrera universitaria sin importar su discapacidad. Nuestras limitadas y monosílabas conversaciones han tenido un no-sé-qué especial, como la forma en que me mirra al leer los labios. Es estúpido, lo sé, pero su concentración es adorable. El único adjetivo que jamás he usado en una chica.

Básicamente, es diferente porque cuando interactúe con ella (cosa que definitivamente haré) no será sencillo. Pero es la clase de cosas que valen la pena, lo que implica tomar riesgos.

—Si vienes por lo que creo que es, largo. No estoy para tus idioteces.

Ni siquiera volteó para hablarme. Me aclaro la garganta, tratando (fracasando) de no sentirme intimidado por el hombre que es mi única esperanza.

—Su hija no es ninguna idiotez, señor.

—Tú preguntando por ella sí lo es. Ten un mal día.

Trago sonoramente. Sí, soy alguien de no tener nada fijo y que ha jugado con personas múltiples veces. Y sí, soy bien conocido por eso. Pero ¿la gente ya no cree en eso de no juzgar a un libro por su portada o algo así?

—Mira, hijo, pensé en lo que hablamos el otro día.

—Dos semanas, señor. Mucho tiempo.

—Tiempo que necesitarás. Hay un par de condiciones.

Este es el momento en que mi rostro se deforma de espanto. No hay nada más difícil que conseguir la aprobación de los padres. Sobre todo si nunca lo has intentado, como es mi caso.

—Uno: no le hables. No aún. No está lista. Dos: consigue un trabajo, idiota ricachón. No serías digno de nada ni nadie a menos que ganes cosas por tu cuenta y tu inútil dinero no te ayudará a conquistarla. Tres: me debes dar una garantía de que no estás jugando. Quiero tu palabra de que eres alguien decente.
—Puedo hacer eso. — digo con determinación.
—Oh—. Dice con lastima—. Esas eran las condiciones para recibir las verdaderas condiciones. Superaste la primera prueba. Toma. Cumple esto y tienes mi permiso de saludarla la próxima semana.
—¿Tan fácil? 

Me examina con seriedad.

 —No es una niña pequeña. Puede decidir las cosas por su cuenta.

Leo el papel.

-Bebe agua todos los días.
-Madruga, así Dios te ayuda.
-Sé tú mismo.

Suelta una increíblemente fuerte carcajada.

—¿Quién crees que soy? ¿Su dueño? ¿Su jefe? ¡Persíguela! Así me casé con su madre. Intentaré ayudar.

Sonrío. Puedo hacer esto. Voy a hacerlo.

***

Rodenom

Releo nuevamente la lista de cosas que Ana me mandó a buscar como parte de las condiciones.

«Un objeto, un consejo» fueron sus palabras. 

Tengo prácticamente todo; las luces, flores, el helado. Falta una caja donde poner todo y entradas para el cine.   

Aún no entiendo de dónde salió este repentino ataque de valentía, pero espero que no desaparezca pronto.   

Me gusta Edén desde que entré a la secundaria, nunca pude hablar con ella más de cinco minutos. Las palabras desaparecen y el rojo se apodera de mis mejillas.   

Un día me cansé de eso, entendí que Edén no va a venir a hablarme. Si quiero que algo pase debo iniciar yo.   

Cuando consigo todo me dirijo a mi encuentro con Ana en un parque, a duras penas puedo caminar recto. 

«El helado es para mí» me dice apenas llego «lo demás lo arreglaremos ahora». 

Con cada objeto que le entregaba un dato nuevo me brindaba. Le gusta esto, no hagas aquello, al poco tiempo ya sabía sus gustos y algunos temas que podría usar si nos quedabamos sin conversación alguna. 

Terminamos decorando una esquina del parque con las luces, dentro de la caja dejamos flores y pusimos las entradas para el cine. Todo estaba hermoso, faltaba esperar a que Edén llegara, Ana la traería con alguna excusa. 

Pronto me daría a conocer sus otras dos condiciones, pero por el momento debíamos esperar. El tiempo pasa y yo me quiero sentar, desde la mañana no paré para lograr que todo salga bien. Me dirijo a un banco cercano a el lugar con las luces y espero allí. 

Llegó.   

Está tan hermosa. 

Ana camina junto a Edén. Sigo sentado. Puedo notar el momento exacto en el que su mirada se ilumina, no es por presumir, pero quedó bastante bien. También puedo ver el momento exacto en el que un chillido escapa de su cuerpo y se gira hacia Ana. Esta es mi entrada.   

Me dispongo a caminar hacia las chicas cuando veo a Edén acercarse a Ana y besarla.   

¿Recuerdan la valentía que esperaba no me abandonara? Se fue, en su lugar llegó la confusión.  

¿A Edén le gusta Ana?

Desafíos de Novela JuvenilWhere stories live. Discover now