Capítulo 18. Las Ruinas

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En ruinas, desértico y escalofriante, el lugar se veía tal cual lo recordaban. Se encontraban en el mismo lugar donde habían tenido una de las últimas misiones. Allí todo había comenzado después de que ella encontrara un pedazo de mosaico con su escudo familiar, y ahí estaban para terminar con todo de una vez por todas. La noche se esparcía como la peste en medio de la nada. La mayoría no necesitaban dispositivos de visión pero los usaban por simple comodidad para observar los restos de antiguas casas en la zona, y admirar el trabajo de los técnicos para limpiar la zona sin dejar al descubierto que en un momento hubo una batalla en ese lugar.

Todos estaban tranquilos con excepción de Valquiria, que estaba completamente impaciente sabiendo que estaba cada vez más cerca. Repasaba todo minuciosamente a la espera de algún dato que antes había pasado de largo. A su alrededor, Norbert jugaba con su vara de metal cerca de Caleb, quien tenía sus ojos puestos en un punto lejano. Debe de estar recordando su vida acá, pensó Valquiria al verlo tan sumergido en sus pensamientos. Leonardo, como era usual, estaba en su propia burbuja de infancia-adolescencia tardía moviendo escombros, saltando y haciendo bromas mientras Newén respiraba hondo, intentando mantener la calma para no abalanzarse hacia él y amarrarlo con una soga en alguna planta, para mantenerlo quieto y callado. Por su parte, Augusta miraba las ruinas cerca de Valquiria pero siempre atenta a Lena, que caminaba intentando adaptarse a los anteojos nocturnos.

— Todo esto debió ser gobernado por los primeros Engelson, probablemente la casa donde encontraste el tenedor seria la casa donde vivieron o bien todos usaban el escudo para poder tener presentes sobre el mando de quien estaban —murmuró Augusta con solemnidad.

—Lo segundo —dijo una maligna voz detrás de esta. Augusta no reaccionó y solo se limitó a mirar a su lado para ver a Joshua con una sonrisa divertida y maquiavélica.

Sus ojos brillaban en medio de la oscuridad significando que acababa de alimentarse. De pronto se escucho un disparo y él se retorció, quizás no del dolor pero si como un reflejo.

— ¡Qué bueno que despertaste! —exclamó Norbert sonriente guardando su arma.

— ¡Norbert! —lo retó Valquiria acercándose a ellos.

— ¿Qué? Solo lo estoy saludando —se encogió de hombros para irse a otro lado.

— Estoy bien —comentó Joshua enderezándose. Con una expresión de dolor se sacó la bala de su abdomen y miró a Norbert amenazante— Yo también extrañaba verte grandulón —le gritó a la lejanía.

— ¿se conocen? —preguntó Newén.

— Como no conocer a ese espécimen humano —gruñó Joshua y Newén rió por lo bajo.

— Explica lo que dijiste antes de que el bravucón te disparara —dijo Valquiria enojada por el comportamiento de su primo.

— Todos en sus casas tenían el escudo de la familia real. Los reyes eran generosos y compasivos con sus súbditos, y estos los tenían algo así como dioses. Era usual que tuviesen cosas con el escudo —explicó rápidamente.

Cuando él dejó de hablar, Valquiria notó como todos habían terminado alrededor de Joshua para oírlo. Y curiosamente, se dio cuenta que ya no tenía la misma confianza de él que antes de que se enterara lo de Viveka. Sutilmente buscó a Caleb entre todos. Él al verla asintió de acuerdo, y ese pequeño gesto la lleno de tranquilidad y confianza, algo que nunca pensó que le daría Caleb. Ella giró nuevamente a un Joshua que había visto su comportamiento y que se veía molesto. Oh sí. Estoy enojada y confío en tu peor enemigo, bastardo chupasangre; gruño ella en su mente.

— ¿Y esa casa está por acá? —preguntó Newén dispersando sus pensamientos.

— ¿Casa? —sonrió irónico— Precisamente una casa no es. Cuando estaba totalmente en pie era el castillo mas alucinante y hermoso que podría existir —comentó maravillado; había un brillo peculiar como si verdaderamente fuese algo alucinante.

Legado I: Herederos de Sangre © [Finalizada]Where stories live. Discover now