Un Inesperado Nosotros

· T r e i n t a & T r e s ·

🎶 Willow 🎶

"Wherever you stray, I follow"

Disfruto mucho de la cena en la mejor compañía. Adrien y yo nos tomamos la mano por debajo de la mesa durante prácticamente todo el tiempo que estamos en el restaurante, y aunque sé que es arriesgado, me siento demasiado bien cuando sus dedos se entrelazan con los míos. Como si nada malo pudiera suceder y al mismo tiempo estuviese viviendo el mejor momento de mi vida.

Cuando terminamos los segundos platos y el camarero los retira, Finn se aclara la garganta. Parece incómodo en el momento en que todos lo miramos y me recuerdo de que a pesar de ser amigos, él siempre ha sido muy tímido. A veces pensaba que si no fuese por mi hermano y Adrien, él apenas se relacionaría con la gente. Y es una lástima porque se trata de una de las personas más nobles y bondadosas que conozco en la vida.

—A todo esto... —comienza a decir—. Sé que queda tiempo, pero ahora que estamos todos quería hablaros de las vacaciones de Navidad. Mis padres querían proponeros pasarlas con nosotros.

Los señores O'Connor invitaron a Gabriel durante los últimos años. No hemos hablado del tema antes porque todavía quedan un par de meses, pero últimamente me he dado cuenta de que el tiempo pasa mucho más rápido de lo que deseamos. Y aunque parezca que quedan muchos días para las fiestas, pasarán volando.

Gabriel abre la boca para contestar pero se frena al momento. Me mira y sé lo que va a decir antes de que lo haga.

—Gia y yo todavía tenemos que hablarlo.

Me duele el corazón porque sé que quiere ir, como ha hecho hasta ahora, pero también que sigue cuidando de mí. Quiere saber mi opinión ya hace mucho tiempo que no visito nuestra ciudad natal, donde están los miles de recuerdos.

Quizás ya sea hora de cambiar eso. Intervengo antes de pensármelo dos veces:

—Si hay espacio para mí, me encantaría ir.

Gabriel amplía la sonrisa y Finn parece muy ilusionado.

—¡Por supuesto! Mamá me pregunta por ti cada semana.

No he visto a la señora O'Connor en años, pero siempre ha estado muy pendiente de su hijo. La recuerdo como una señora cercana y amable. Finn tiene muchos hermanos pero sus padres siempre han sacado tiempo para todos. Incluso a día de hoy, hablan casi a diario por teléfono.

—Yo también iré a casa por Navidad —interviene Adrien, llamando nuestra atención.

Mientras yo asiento, Finn y mi hermano lo miran con ojos cálidos. Gabriel incluso extiende la mano sobre la mesa hasta tomar la suya y dice:

—Van a estar muy felices.

Adrien asiente y luego se vuelve hacia mí.

—Hace dos años que no vuelvo a casa en Navidad —me explica, y me toma totalmente por sorpresa—. Supongo que necesitaba mi espacio.

¿Cuántas cosas hay de él que no me he tomado la molestia de conocer?

—Supongo que este año estaremos todos en casa —sonríe Finn.

Mis ojos se mueven automáticamente en busca de los de Gabriel, y sé que ambos pensamos lo mismo.

Hace demasiado que no visitamos juntos a mamá y estas Navidades, por fin, puede que lo hagamos.