Nunca te amé

Veintiseis.

Yanet sabía que la engañaba, solo le faltaba saber quién eras y lo hizo.

Me dejó.

Le rogué que se quedara, juré que cambiaría. Le prometí la luna y las estrellas. Le dije la verdad, que solo estaba contigo por diversión.

“Puedes bajarme la luna, pero para mí, un hombre que trata a las mujeres como un juego no vale la pena”.

Y se fue, llevándose un pedacito de mí.