✦ DÍA 1 ✦

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A los habitantes del purgatorio siempre les había resultado curioso, entre otras cosas, el modo en que sus cuerpos funcionaban. Estaban muertos, después de todo, ¿qué eran? ¿De qué materia estaban compuestos? Existían muchas más preguntas que respuestas, y el poco tiempo que solían pasar en aquellas ciudades hacía que casi nadie se interesara por echar luz sobre las incógnitas.

Ciertos aspectos estaban confirmados. En el sentido práctico, carecían de gran parte de las necesidades que tenían cuando estaban vivos. Las almas no requerían de alimento o descanso. No tenían que respirar, no necesitaban un corazón o ningún otro órgano. Por definición, las almas no transpiraban ni producían lágrimas. Eran seres etéreos. No requerían de ninguna de aquellas funciones. Y, sin embargo, todo estaba allí, de la misma forma que cuando estaban vivos. El motivo desafiaba el sentido común.

La lógica diría que, al ser espíritus, podrían flotar o atravesar muros, aunque eso se aplicaba solo a su presencia en el mundo de los vivos. En el purgatorio, las almas eran tan sólidas como lo habían sido sus cuerpos mortales en el pasado. No solo eso, sino que casi todos los residentes del purgatorio vivían como lo hacían antes de morir. Desayunaban, almorzaban y cenaban. Practicaban deportes, iban al baño y también dormían. Por costumbre, tal vez. Sin pensarlo. Pero nada de ello era necesario. Las almas creían sentir hambre, sed y cansancio, pero se trataba tan solo de una ilusión, de un truco que les jugaba la mente.

Esto no era un secreto. Quizá no todos poseían noción del tema, pero era solo cuestión de descubrirlo. Algunos teóricos suponían que, sin las funciones vitales, la estadía en el purgatorio sería insufrible y cada día parecería eterno; por ello se les brindaba la oportunidad de imitar la vida mortal. Después de todo, el ser humano siempre ha sido adicto a la rutina.

Anahí era curiosa. Ella quería saber el porqué de cada detalle. Durante su primera semana, anotó en uno de sus cuadernos casi trescientas consultas que deseaba realizar. ¿Cómo era que había animales allí? O, más importante aun, ¿Cuándo cocinaban un pollo, estaban cenando su alma o qué? Sabía igual que cuando estaban vivos. ¿Podía ponerse en pedo? ¿Y las frutas de dónde habían salido? ¿Por qué veían un sol y una luna? ¿Era todo eso real o solo la imaginación colectiva de las personas? ¿Cómo es que llovía? Si se cortaba el pelo, ¿crecería otra vez?

Y, aunque algunos sentían curiosidad al respecto, a Irina, por el contrario, la verdad le era indiferente. Ella no le daba importancia a lo que era incapaz de comprender. Se guiaba por sus emociones y actuaba siguiendo impulsos. Solo sabía que, desde la llegada de Anahí, se sentía más viva que nunca.

Con una sonrisa dibujada en el rostro, Irina apagó las luces y se escondió detrás de la puerta. El día había llegado. Sentía que su corazón intentaba escapársele del pecho a causa de la emoción. Quiso detenerlo, sabía que era posible, pero no lo logró.

Purgatorio (COMPLETA)Where stories live. Discover now