CAPITULO 23.

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(***)

Me encontraba estática entre la puerta y el cuerpo de Theo, una parte de mi gritaba: "cierra la puerta, retrocede lentamente hacia la escalera y corre, corre, corre" mientras que la otra simplemente me decía: "ahí lo tienes, abrázalo ¿qué esperas?"

—necesito que hablemos— volvió a repetir al notar que yo no decía nada y no me movía— sé que es tarde, pero no podía vivir un día más sin saber si aún me odias o si por fin me dejarás pedirte perdón y que me perdones.

—tienes diez minutos— susurré, volteé a ver a mis padres que aún estaban de pie en la sala y salí al porche— habla— dije lo más tranquila que pude mientras mantenía mis manos en puños porque temblaban como nunca.

—no sé por dónde empezar— dijo caminando por todo el porche— siento todo, lo siento mucho, siento el haberme acostado con Ariana, siento habértelo ocultado, siento mucho no haber insistido en que me perdonaras y pasarme el último mes volviéndome una mierda porque te extrañaba— respiró hondo y exhaló con fuerza— te amo mucho ¿lo entiendes?— se acercó a mí y me tomó el rostro— te amo demasiado y no sé cómo vivir sin ti cerca, me acostumbré a ti, a tu olor, a tu voz, a tu pelo, a tu loca forma de bailar, a todo— se arrodilló— Aurora, por favor perdóname, no sé qué más hacer, no sé con quien más hablar, no sé a quién más buscar, te extraño.

A este punto yo respiraba con una dificultad del 100%, sentía las lágrimas ardiendo en mis ojos mientras él estaba ahí arrodillado frente a mi esperando una respuesta que yo aun no tenía clara.

—Theo...yo...

—por favor, no me vuelvas a pedir que me marche y te deje— me tomó ambas manos— no vuelvas a decirme que esto se acabó, porque sé que aún no se ha acabo.

Recordé mi charla con Maya, me negaba a perdonarlo mientras lo tenía lejos, así se me hacía más fácil ignorar todo lo que siento, pero el verlo aquí, frente a mí, pidiéndome de rodillas que lo perdonara, la parte racional de mi se dio cuenta de que estaba mal, me di cuenta de que lo amo tanto como él a mí.

—no te lo estoy pidiendo— mascullé y él me miro con esperanza.

— ¿me perdonas? — preguntó aun arrodillado a mis pies— ¿en serio me perdonas?

Yo solo podía asentir con la cabeza y le pedí que se pusiera de pie, pude notar varias lágrimas en sus mejillas y lo enrojecidos que estaban sus ojos.

—también te he extrañado, ojitos de cielo— susurré con un hilo de voz y Theo me tomó en un fuerte abrazo.

—no sabes cuánto necesitaba escucharte— suspiró mientras acariciaba mi pelo— creo que tus padres nos están espiando—aún con la cabeza en mi cuello.

Cuando me solté de sus brazos volteé a mirar a una de las ventanas y ahí estaba mamá, saltando de alegría y papá solo sonreía como pocas veces lo he visto sonreír.

— ¿quieres entrar? — pregunté mientras él aún tenía sus brazos alrededor de mi cintura— un chocolate caliente no caería mal.

—eso me encantaría— respondió dándome un beso.

Ambos entramos a la casa y mis padres decidieron subir a su habitación y dejarnos solos un momento. Fuimos a la cocina y empecé a poner la leche para el chocolate a calentar a en la estufa; él se sentó en la barra mientras que yo me quedé de pie del lado contrario. Theo sonreía y me miraba de una manera tan embobada que me derritió el corazón.

—te dejaste crecer la barba— dije acercando mi rostro a él.

—conoce al Theo con insomnio entonces— dijo de manera cómica— cuando te digo que no puedo ser yo sin ti, hablo muy enserio lucecita— él se puso de pie y tomó mi rostro para darme un beso— prometo que jamás volveré a hacer que te alejes de mí, no podría resistir estar sin ti.

AURORA© || ✔||Where stories live. Discover now