CAPITULO 6.

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(***)

—Maya...

—lo sé, sé que es muy apresurado— dijo mientras dejaba caer su bolso al suelo— pero no nos queda de otra, por el momento no estamos preparados para ser padres, así que nos casaremos, si en algún momento en serio llegamos a enamorarnos de este bebé nos lo quedaremos, pero de lo contrario lo daremos en adopción, la madre de él nos puede ayudar a llevarlo a una buena familia.

—Maya ¿acaso te estas escuchando? — dije incorporándome— hablas de tu bebé como si fuese algo material que solo regalas porque no te gusta.

—Aurora, sé lo que es y sé lo que siento por él ahora, prefiero darlo en adopción más adelante que quedármelo y no quererlo, lo siento.

Por un momento no reconocí quien hablaba, esa no era mi amiga, esa no es mi Maya, la chica dulce y tierna e inocente que conozco de toda la vida.

—May— dije en un tono lo más suave que pude— si lo regalas te arrepentirás y lo sabes, te conozco y ese corazoncito de pollo que tienes no va a dejar que lo sueltes cuando lo oigas gritar por primera vez.

—tengo miedo— empezó a llorar otra vez.

—lo sé.

Estuve con ella entre mis brazos durante una media hora hasta que se calmó por completo, eso de que Dustin tampoco quiere al bebé me hizo sentir algo extraña, pero ignoré ese sentimiento y seguí consolando a mi amiga.

Salí de la habitación de Maya eran las cuatro en punto, decidí dejarla pensar las cosas en la soledad de su habitación, caminé por el campus que para mi sorpresa estaba totalmente vacío, para estas horas esperaba ver personas borrachas regresando a sus habitaciones, pero en realidad el único sonido que rompía el silencio de la noche era el de los carros a la lejanía, la soledad del ambiente me hacía sentir en paz y ahí, solo ahí me permití pensar en lo que pasó hace unas horas entre Theo y yo.

Inconscientemente pensé en sus labios sobre los míos, en lo bien que se sentía cada vez que sentía su respiración en mi cuello, pensé en su perfume, en su pelo y sus labios otra vez, mordí mi labio al pensar en que hubiese pasado si Cristina no hubiese aparecido y un pinchazo de culpa volvió a mí al pensar en Ander.

Sabía que estaba empezando a sentir cosas por Theo, sabía que estaba mal lo que sentía, primero, porque yo estaba con Ander y, segundo, porque Theo estaba con Cristina y no la odio lo suficiente como para acostarme con su novio.

Me fui a mi habitación, en el lugar solo pude ver a Cristina durmiendo con toda la tranquilidad del mundo, me alegré de que Theo no estuviera, en serio no quería verlo. Entré al baño y llené la bañera con espumas, estuve ahí dentro hasta que vi la luz del amanecer por la ventanilla del baño, era anaranjado con una combinación de azul y purpura, simplemente hermoso.

—piensas pasarte todo el día ahí— oí la voz chillona de Cristina al otro lado de la puerta— sé que andas festejando a lo grande que ya me voy, pero necesito bañarme.

Tomé mi toalla y salí del baño, me vestí rápido y agarré mis cosas, no quería estar ahí cuando Theo llegara a ayudar con la mudanza, tenía unas cuantas horas para que Maya llegara con sus cosas, así que iría al departamento de mi hermano y volvería justo a tiempo.

Me fui a toda prisa y crucé el campus casi corriendo, necesitaba un abrazo de alguien que no estuviera tan fuera de lugar como yo, cuando llegué a su piso, tomé la copia de su llave y abrí, encontré a Theo dormido sobre el sofá de mi hermano, no lo desperté y me dirigí a la habitación a ver si se encontraba durmiendo, pero no era así.

AURORA© || ✔||Where stories live. Discover now