CAPITULO 1.

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(***)

Tres de la madrugada y me encuentro en el hospital acostada en una camilla mientras todos a mi alrededor se preocupan por mi presión arterial, que si tengo sed, que si necesito acomodar mi almohada, bla, bla, bla.

Hace dos años me diagnosticaron epilepsia luego de que tuve una convulsión en medio del cumpleaños de mi hermano mayor, todos estaban asustados de que fuese a morir, aunque la posibilidad aún no está del todo descartada.

-entonces, Aurora, ¿Qué tal todo? - preguntó mi doctora mientras me hacía seguir la luz de su puntero.

-que te puedo decir- le respondí encogiéndome de hombros- lo mismo de siempre, como era de esperarse.

-quisiera poder ayudarte más- guardó el puntero en su bolsillo.

-haces lo posible, aunque si soy sincera, hay veces en las que yo no me ayudo a mí misma, sabes...

-sí, me voy dando cuenta de eso- dijo mientras copiaba algo en su libreta- ¿esta vez dónde estabas?

-digamos que cerca de casa- dije sonriendo.

-Aurora- susurró en un tono de lastima- debes tener mucho cuidado, estás en un estado crítico que en cualquier momento puede acabar con tu vida, ¿eres consciente de eso?

-sí, lo sé, pero también quiero disfrutar de lo poco que me queda, como usted misma lo dijo, no sabre en qué momento me iré, así que tratare de vivir y disfrutar lo más que pueda.

-trata de tener más cuidado, no quiero verte antes de tu próxima revisión.

-dicho y hecho- respondí mientras saltaba de la camilla y me quitaba el suero que tenía puesto en mi brazo- supongo que ya me puedo ir.

-claro- dijo riendo.

-gracias.

Durante el camino mis padres hablaban sobre qué tal vez debería dejar la universidad para cuidar más de mí y obviamente para tenerme mejor vigilada, obviaban mi presencia y seguían charlando como si yo ni si quiera estuviese en el auto.

-saben, ¡estoy acá!, escucho todo- grité.

-Aurora, por favor, esto es una conversación de adultos- sentenció mi madre.

¡auch! Eso dolió.

-¿no me consideran un adulto a pesar de que ya tengo veinte años?

-no- respondieron ambos al unisonó.

-de seguro a Ezra también lo consideran un niño- exclamé.

- ¡para ahí, Aurora! A mí no me entres en tus juegos.

- ¡traicionero! - susurré, él sonrió y yo no pude evitar hacer lo mismo, amo a mi hermano.

-lo siento- me susurró en el oído.

-Aurora, tienes que ser más responsable de ti, estas enferma.

-no me siento enferma, y si actuó así es porque no quiero sentirlo mamá.

-debes ver la realidad, no estás bien.

-tú debes ver la realidad mamá, en cualquier momento tendré un ataque y moriré, déjame vivir lo poco que pueda- grité en un tono de voz muy alto- por favor- terminé susurrando al darme cuenta de la cara de todos en el auto.

-llegamos- respondió furiosa y bajo del auto.

Ezra y yo nos quedamos sentados en la parte de atrás y pude jurar ver unas lágrimas en los bordes de sus ojos.

AURORA© || ✔||Where stories live. Discover now